El pasado viernes, Laura Escanes se puso seria y publicó en sus stories un texto en el que explicaba lo mal que lo estaba pasando. Hizo algo que no es nada habitual en ella: canceló su asistencia a un evento porque tuvo una crisis de pánico y ansiedad y, aunque le gusta ser "muy profesional" en su trabajo, prefirió anteponer su salud mental a todo lo demás. Así lo explicaba ella misma en su red social:
"Llevo 48 horas con ansiedad y mi cuerpo necesita parar. A veces intento llegar a todo y estas semanas han sido muy intensas, de mucho trabajo y mucha tensión acumulada. Por recomendación y por decisión propia he decidido priorizar mi salud mental. Los que sufrís de ansiedad y ataques de pánico sabréis de lo que hablo. Hoy me era imposible asistir al evento y, aún así, me siento culpable porque sé el esfuerzo que hay detrás de cada organización", dijo la influencer, si bien aclaró que la empresa que la contrataba la entendió perfectamente.
Tras hacer esta confesión, la creadora de contenido, que ha ganado el Premio Ídolo como a la Mejor Creadora del Año, se arrepentía de sus palabras, pues había generado justo el efecto contrario al que deseaba. La puerta de su casa se llenó de medios de comunicación que se interesaban por evolución mental y, por eso, Laura se ha mantenido callada en redes durante todo el fin de semana.
Sólo ha hecho dos publicaciones: subió unos stories donde se relajaba haciendo cerámica y un precioso reel donde, a toda velocidad, se ven pasar un montón de fotografías que tiene junto a su nuevo amor, Álvaro de Luna. Aunque los dos llevan poco tiempo de relación, en dicho vídeo se puede apreciar la cantidad de momentos íntimos y románticos que acumulan en sus recuerdos y que les han convertido en una de las parejas más sólidas del momento.