Aunque parecía un amor a prueba de bombas, Laura Escanes y Risto Mejide han puesto fin a su matrimoniotras siete años como pareja y cinco como desde que pasaron por vicarías. El sábado 20 de mayo de 2017 la pareja, se daba el `sí, quiero´ por lo civil ante cerca de 500 invitados a pesar de las críticas y la oposición del padre de la novia.
Haciendo oídos sordos a las críticas por su diferencia de edad dieron un paso más en su relación. Los dos como siempre, contra viento y marea. Dos vestidos, cuatro actuaciones musicales, el tradicional lanzamiento del ramo, una tarta vertical de chucherías con un samurái y una geisha y hasta una mesa de tarot, son solo algunas de los detalles más destacados de la boda de la pareja.
El lugar elegido para tal magno evento fue la espectacular masía Mas Cabanyes, una de las fincas más bonitas y románticas de Cataluña situada en Argentona. Una decoración floral y muy cuidada ponía el colofón del romanticismo en los espacios escogidos para la ceremonia y el convite. La polémica también estaba servida pues el padre de la novia no asistió al enlace. ¡Echamos la vista atrás para analizar hasta el más mínimo detalle del enlace de Risto Mejide y Laura Escanes!
Risto y Laura se conocieron cuando la modelo tenía 19 años y el presentador de `Todo es Mentira´40. Una diferencia de edad que a muchos les parecía complicada, no obstante, ellos lucharon por su amor contra viento y marea, incluso ante la fuerte oposición del padre de la influencer. Cuando dieron la noticia, tras dos años de noviazgo, de que había llegado el momento de dar un paso más en su relación, la prensa rosa marco en rojo la fecha en el calendario. Podríamos decir que se trató de una de las bodas del año 2017. Una boda que generó gran expectación, tanta, que llegaron a ser portada de la revista ¡HOLA!
Laura y Risto se dieron el `sí, quiero´, tan esperado el sábado 20 de mayo en una masía del siglo XVI en Barcelona llamada Mas Cabanyes. Un lugar idílico y romántico que la pareja decoró con mucho esmero. Ramas, hojas, flores en tonos rosas blancos y verdes fueron elegidas
Como toda su relación, la boda no podía estar exenta de polémica, pues el padre de la novia no estuvo presente en el enlace. El encargado de acompañar a la novia fue el hermano de Laura, Albert. Muchas fueron las especulaciones y los rumores sobre la razón por la que el padrino no fue el padre de la novia como manda la tradición. Quién sí pudo disfrutar de la boda y tener su ratito de protagonismo, pues fue el encargado de llevar las arras al altar fue Julio, el hijo de Risto.
La pareja se daba el `sí, quiero ‘ante cerca de 500 invitados de lo más variopintos. Periodistas como Luis del Olmo, cocineros de la talla de Alberto Chicote o Paco Roncero, cantantes, presentadores de televisión e influencers como Dulceida o María Pombo fueron solo algunos de los invitados más sonados y elegantes.
Risto se enfundó en un traje de raya diplomática que le quedaba como un guate. Los encargados de su vestimenta fueron los sastres vascos Exquisuits by de Juana. Por su parte Laura optó por dos vestidos de la marca Rosa Clara. El primero de ellos, el que utilizó para la ceremonia, era un romántico vestido con parte superior de chantilly francés, escote en uve y falda de tul de seda. La influencer optó por un velo de tul de seda natural de tres metros de largo. Para este vestido optó por un recogido que dejaba ver a la perfección los pendientes de diamantes, topacios y aguamarina que ella misma había diseñado.
Laura cambio de vestido, pero también confió en la firma catalana, un vestido del mismo estilo, aunque más entallado y sin tanto volumen. Ese segundo vestido destacaba por un cuerpo de tul en color marfil y con un escote corazón con efecto tattoo. Tenía una apertura lateral que dejaba ver un body de encaje transparente. Era un vestido muy femenino y sensual del cual nos enamoramos más de uno.
Vestidos de esta guisa y con semejante compañía, tomaron sopa de almendras con chips de calabaza de primero, olas de merluza con cintas de judía verde y calabacín, y solomillo a la broche con patatas a lo pobre. El postre escogido fue un, curioso, tiramisú de chicle. El banquete nupcial se remató con una majestuosa tarta vertical, basada en la película ‘Ghost In The Shell’, de 5 metros de ancho y 3 de alto, compuesta de miles de brochetas de hasta quince variedades de dulce, elaborada por los pasteleros Christian Escribá y Patricia Schmidt.
La boda estaba medida al dedillo y fueron muchos los detalles que la hicieron especial. No solo los novios y los invitados brillaron aquel día. La influencer y el publicista sorprendieron a sus familiares y amigos hasta con cuatro actuaciones musicales. Durante el coctel había un grupo en directo en el jardín, tras la cena contaron una banda, dos DJ,s y la actuación de Virginia Maestro para el baile de novios.
Una de las tradiciones que Laura no quiso pasar por algo fue el lanzamiento del ramo. Desde uno de los balcones de la finca, la novia lanzó el tan deseado ramo. Lo que no transcendió es quién fue la afortunada en cogerlo al vuelo. También hubo esa noche dos tarotistas que echaron las cartas a los invitados, un panel de gominas y un fotomatón. Además, se puso un 'chester' a modo de 'photocall', para que los invitados se tomaran imágenes bajo un histórico hashtag #toelrrato.
Aunque el amor no ha sido lo suficientemente fuerte para que Laura y Risto contínuen siendo pareja, lo cierto es que su celebración del amor ha sido, es y será una de las bodas más divertidas y curiosas de la historia de la prensa rosa.