Antonio Montero y Marisa Martín Blázquez: su historia de amor y desamor

  • Ambos se conocieron en la universidad y estuvieron juntos más de 30 años

  • Forman una bonita familia junto a Nicolás y Marieta, los hijos de la pareja

  • En 2015 su relación llegaba al final por una infidelidad del periodista

Hay ciertas parejas que están destinadas a estar juntos desde la cuna. Este parecía el caso de los periodistas de corazón Antonio Montero y Marisa Martín Blázquez. Desde que coincidiera en la universidad han compartido trabajo, casa, matrimonio e hijos.

Lo de estos dos periodistas del corazón ha sido una romántica historia de amor con el final que nadie quería: su ruptura. Tras años de noviazgo, un matrimonio feliz y dos hijos, Nicolás y Marieta, la pareja se separaba en 2015, tras 25 años casados. A pesar de decidir que sus corazones tenían que seguir rumbos separados, ambos estuvieron viviendo bajo el mismo techo, al menos hasta finales del 2020.

Aunque Antonio y Marisa no siguen juntos sí se consideran una familia junto a sus dos hijos. Descubrimos la historia de amor de Antonio y Marisa.

Su amor empezó en la universidad

Ambos sabían que su destino laboral estaba en el mundo de la comunicación y el periodismo, lo que no sabían era que, en la Universidad Complutense de Madrid, encontrarían también el amor.  Los pasillos de la universidad, y seguro que la cafetería, vieron nacer un amor que ha durado más de 30 años. 

La pareja, que se conoció en la facultad, disfrutó de su noviazgo al máximo durante seis años. Viajes, cenas, comidas, escapadas románticas, un amor respetuoso que se unió en matrimonio en septiembre e 1989.

Fruto de esta relación, nacieron Nicolás y Marieta, los hijos de la pajera, ambos en verano, una de las épocas favoritas de la periodista. Nicolás, es aventurero y arquitecto mientras que la pequeña de la familia estudia una carrera biosanitaria. Además, la pareja fundo la agencia de prensa Teleobjetivo, empresa de reportajes exclusivos vinculados a las revistas del corazón. 

Tras 26 años de matrimonio y una relación del más de 30, la pareja anunciaba en 2015 que su felicidad como pareja, había llegado a su fin ¿qué había pasado?

Otra mujer interrumpió su matrimonio

Tanto Antonio como Marisa, siempre han creído en el amor y además, su matrimonio funcionaba a perfección por ser sinceros y transparentes el uno con el otro. Algo que les funcionó hasta 2015. Este año, Antonio no pudo evitar sentirse atraído e incluso enamorarse de otra mujer, con la que además fue fotografiado durante una comida.

“Tuve mi problema, claro. Fue importante en el sentido de que por primera vez en mi vida había ido a comer con alguien que no era mi mujer. Era una amiga que conocí en un viaje de trabajo", aseguraba el fotógrafo en la televisión. "Tuve que elegir y no tuve ninguna duda. Fue un flechazo, que joroba mucho más en estas situaciones. Marisa siempre me ha notado todo, por eso siempre he sido sincero. Ella sabe que soy muy transparente, se me ven mucho las cosas. Lo hablamos y cuando me preguntó '¿qué te pasa?', se lo dije. Cuando llegaron las fotos ella no me dijo nada. Hubo una llamada telefónica y me preguntó. Se lo conté y hablamos. Ella es una crack", contaba Antonio.

Marisa Martín Blázquez siempre supo que el problema de su matrimonio en aquel entonces fue otra mujer, “me dijo: 'lo sé, hace tiempo que está pasando esto'. Fue una cosa de 8 o 10 días, pero es que yo soy muy intenso. No me esperaba que la vida me pudiera poner en esa tesitura. Yo me casé con 24 ó 25 años y ya habían pasado unos 

doce años".

Además de exponer su testimonio en la tele, Antonio Montero tuvo la valentía de confesar que no se arrepentía de nada. "A veces somos muy hipócritas cuando tratamos esas cosas y son cosas que pasan en la vida y no me avergüenzo de nada. Duele porque a lo mejor la otra persona la pones en una situación difícil. Lo entiendo, pero tampoco tiene nada de inhumano", explicaba.

Aunque los motivos de la separación no fueron precisamente los más elegantes, ambos han sabido mantener una buena relación tanto por su trabajo, como por sus hijos y también por ellos mismos. El apoyo entre ambos es y será incondicional al igual que el cariño.