A sus 18 años, Mario ya sabe lo que es que la vida te golpee con dureza. El pasado 29 de octubre lo perdió todo. La casa donde vivía con su madre fue arrasada por la riada, su coche quedó destrozado y en la peluquería donde trabajaba no han podido salvar nada. "Estaba trabajando con mi jefe, nos avisaron de que se había desbordado el barranco y nos fuimos para ponernos a salvo", explica Mario Roca.

Después de las dos primeras semanas después de las inundaciones, en las que estuvo quitando barro en su casa y ayudando en todo lo posible a los vecinos, Mario decidió volver a "hacer vida" como él dice. "Necesitaba animarme a mí y animar a la gente", explica.

Tras conseguir tijeras, maquinillas eléctricas y material de peluquería, donados por un barbero de Barcelona, se plantó con una silla y una mesa en la Plaza Xúquer-Paiporta a cortar el pelo, a unos metros de la barbería donde trabajaba. "El agua llegó a casi dos metros de altura y quedó todo destrozado. Mi antiguo jefe no va a volver a abrir y se ha ido a trabajar a Suiza", cuenta.

Desde que empezó, no ha parado de trabajar. "Vienen bastantes clientes de antes, amigos y otros chavales jóvenes que me contactan por redes sociales y Whatsapp. No tengo cita previa, corto el pelo por orden de llegada", explica Mario, que cuenta que no ha puesto una tarifa por sus servicios. "Cobro la voluntad, lo que cada cliente quiera aportar".

Con el dinero recaudado y si consigue alguna ayuda, Mario tiene la ilusión de montar su propio negocio. "Mi intención es abrir mi barbería", cuenta este joven, que como otros muchos vecinos de la zona afectada por la DANA del 29 de octubre, tratan de recuperarse de la catástrofe y labrarse un nuevo futuro.

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