Siendo un adolescente, Vicente se enamoró de la radio. A los 18 años hizo un curso en Radio Maymo, en el que entre otras actividades tenía que montar un aparato de la época. "Ese fue el primero y a partir de ahí reparé alguna radio y monté transistores, pero cuando me casé eso no daba para vivir y me busqué una ocupación que diera dinero para casa", explica Vicente Tarazona.
Después de décadas de duro y exitoso trabajo, Vicente se jubiló y dejó la empresa de muebles que fundó a sus hijos. "Tenía mucho tiempo y necesitaba algo para entretenerme, así que recuperé el hobby que había dejado siendo joven. Compré una radio antigua en el rastro y empecé a buscar por internet y me di cuenta que había un campo muy amplio", cuenta.
Con la misma dedicación que aplicó a su vida laboral, Vicente comenzó a coleccionar aparatos de lámparas y de transistores. A sus 82 años, llegó a atesorar más de 170 aparatos, que expuso en dos muestras en el museo de La Rajolería de Paiporta, su localidad natal. "Lo tenía todo muy bien organizado en el garaje de mi casa, con esquemas, documentación y muchas herramientas", señala.
Una valiosa colección, que quedó sepultada bajo el agua y el lodo con el paso de la DANA del 29 de octubre. "El garaje quedó totalmente inundado y el agua llegó a más de un metro en la primera planta. Las radios quedaron destrozadas y también perdimos todos los muebles. Ahora estamos en casa con mucho frío y humedad", lamenta.
Pero entre tantas desgracias, Vicente se llevó una buena noticia. Después de que su hijo removiera cielo y tierra, la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) le comunicó que iba a restaurar su colección de radios. "Es una alegría que no se tiren las radios y que se trate de conservar lo que es cultura", señala Vicente.
Fue Carmen Bachiller, directora del Museo de la Telecomunicación “Vicente Miralles Segarra” de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación (ETSIT) de la Universitat Politècnica de València, la que contactó con la familia de Vicente. “Desde el museo, la escuela y la universidad queríamos contribuir a que esta colección no se pierda”, señala Bachiller.
Para llevar a cabo esta labor, cuentan con el apoyo de un equipo de voluntarios, estudiantes de la ETS de Ingeniería de Telecomunicación y del Máster de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la UPV.
Tras organizar el operativo, los estudiantes coordinados por los responsables de la UPV, acudieron a la casa de Vicente y recuperaron 124 aparatos de radio que han sido trasladados al almacén del Fondo de Arte y Patrimonio de la universidad donde han sido clasificadas en tres niveles, según su estado de conservación: verde (mejor estado), amarillo y rojo (peor). Además, han realizado un inventario y catalogación de cada aparato, recopilando información sobre su año de fabricación, marca, modelo y características técnicas. “En total, estimamos que se podrán recuperar entre 80 y 90 aparatos”, apunta Toni Colomina, director del Fondo.
Una vez restauradas, una selección pasará a formar parte de la colección del Museo de la Telecomunicación de la UPV. “Tenemos el compromiso con la familia Tarazona de exponerlas como testimonio de lo que ha pasado, contando la historia de la colección y aportando nuestro granito de arena para que estas radios y el legado de Vicente Tarazona pase a las siguientes generaciones en el Museo de la Telecomunicación”, concluye Carmen Bachiller.
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