Los vehículos se convirtieron "en arma arrojadiza" en las inundaciones provocadas por la DANA en Valencia, a juicio de los técnicos que han evaluado el estado de las edificaciones tras la tragedia. Analizando el terreno, hoy expresan su preocupación por las cimentaciones, porque aún están inundados muchísimos bajos y ese agua se está filtrando.
"Sería importante que en planta baja no hubiesen viviendas para evitar que las personas puedan sufrir inundaciones de este tipo, que muchas han salvado su vida de milagro", señala Juan Antonio Benítez, arquitecto municipal y jefe del servicio de Protección Civil del Ayuntamiento de Málaga, en declaraciones a EFE.
Recién llegado de Alfafar, municipio limítrofe con Valencia y uno de los más dañados por la histórica y trágica DANA, explica el alcance del desastre. En la zona ha coordinado un equipo de siete arquitectos y arquitectos técnicos desplazados como voluntarios desde Málaga para evaluar las construcciones a petición del alcalde de esa localidad valenciana, que reclamó ayuda el 31 de octubre.
En horas se desplazó un primer grupo de personal de Protección Civil de Málaga y después los arquitectos del grupo técnico de valoración en emergencias, que evalúa con rapidez el estado de las edificaciones, junto a un informático con una aplicación de gestión de emergencias dotado de un sistema de información georreferenciada.
A este respecto, sobre el terreno y en un escenario desolador, durante la inspección de cientos de viviendas en Alfafar han encontrado distintos daños estructurales, siendo los que más preocupan para la seguridad y estabilidad de la vivienda una decena de inmuebles de una sola planta destrozados y otros con los muros de carga afectados.
En edificios de más reciente construcción se vieron alcanzadas cientos de plantas bajas, muchas de ellas con viviendas, y llegó el agua a una altura 2,5 metros, causando daños masivos al romper cerramientos, carpintería, cerrajería o instalaciones como cuartos de contadores.
Sobre ello han entregado un informe al Ayuntamiento con todas sus recomendaciones, al haberse constituido como asesores del Consistorio en esos momentos.
"En gasolineras se han arrancado surtidores, en locales comerciales se han empotrado coches dentro, en colegios públicos se ha tumbado todo el cerramiento de muros, hay vehículos empotrados en guarderías e institutos, los muros perimetrales de esos centros han sido echados abajo y en los edificios de viviendas los daños principales están en plantas bajas", ha detallado.
Cuando veían el rastro dejado por el agua a 2,5 metros de altura y el destrozo ocasionado, cuenta que pensaban: "Si aquí hubiese habido alguna persona en ese momento no lo cuenta".
Según ha relatado, si al efectuar las valoraciones veían en una vivienda un muro a punto de caer, sobre la marcha, pedían de inmediato a bomberos que actuaban en las inmediaciones que intervinieran para demoler y apuntalarlo, de forma que se evitara el peligro a los ocupantes de las edificaciones.
Los daños apreciados principalmente han sido en sistemas constructivos antiguos, porque en los cascos de las ciudades hay muchas edificaciones que tienen bastante tiempo, mientras que en lo que se construye actualmente los sistemas estructurales empleados funcionan muy bien y aguantan este tipo de inundaciones, ha destacado.
En este sentido, y ahondando en materia de prevención, plantea que el uso que se haga de las partes bajas de las edificaciones no sean para vivienda y, respecto a los sótanos, estudiar la disponibilidad de bombas de achique para, en caso de inundación, poder evacuar el agua lo más rápidamente posible.
Algunas viviendas han quedado demolidas por efecto de la DANA y otras parcialmente, explica Benítez, que añade que los técnicos de emergencias indican primeras medidas para dotar de seguridad a los habitantes y la estabilidad de las edificaciones al objeto de eliminar peligros, mientras que en otra fase se abordará la reconstrucción.
Señala la solidaridad y ayuda ciudadana y la resignación de los que han sufrido la tragedia y comenta que hay más voluntarios para acudir que los que realmente pueden estar allí.
Afirma que hay zonas con mayor azote de las inundaciones dependiendo de la topografía del terreno y que los vecinos les paraban para que comprobaran si alguna grieta se debía a elementos estructurales, pilares o vigas, o era del cerramiento.
Ante las intenciones de ayudar, ha incidido en la importancia de la organización de los recursos para enviarlos donde sean necesarios: "La emergencia ya es un caos de por sí, lo que no podemos hacer en la gestión de las emergencias es ocasionar un segundo caos".
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.