Los datos son más que preocupantes. Un 50% de los niños y adolescentes españoles consideran que "la vida no merece la pena". Una afirmación que puede explicar porqué un 32% ha considerado quitarse la vida y un 18% ha intentado suicidarse. "La comparación social hace que un número muy alto de adolescentes vean que su vida es más aburrida que la que ven en redes sociales, unas vidas que idealizan porque no tienen es espíritu crítico para diferenciar una realidad idealizada de una realidad sin filtro", explica José Pablo Espada, catedrático de la Universidad Miguel Hernández.
Las cifras se desprenden de los dos primeros informes realizados por el Observatorio Español de la Salud Mental Infanto-Juvenil, OBSERVAINFANCIA, promovido por el Centro de Investigación de la Infancia y la Adolescencia de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche.
Con este nuevo proyecto se pretende aportar una fotografía actualizada de la salud mental de niños y adolescentes en España, identificando los problemas y trastornos psicológicos en esta etapa y tratando de dar la mejor respuesta social y profesional.
Para ello se ha realizado una encuesta a 5.652 escolares de Educación Primaria y Secundaria, de entre 8 y 16 años, de toda España del que se desprenden dos informes. Se trata de la muestras más amplia realizada hasta el momento y nace con la vocación de continuar en el futuro más cercano. "En los próximos tres años vamos a repetir esta encuesta cada año para ver la trayectoria evolutiva y analizar en mayor profunidad los factores de riesgo", afirma Espada, coordinador del proyecto.
El primero de los informes elaborado por OBSERVAINFANCIA analiza los "Problemas Psicológicos en la Infancia y la Adolescencia" . "El trastorno más común en estas edades es la depresión que afecta al 5% de los niños y jóvenes. Y entre las chicas, el 8% sufren trastornos graves de conductas alimentarias", señala José Pablo Espada, que explica que "entre los factores de riesgo está una menor tolerancia a la frustración, la mayor incertidumbre ante la vida y el papel protector de los padres".
El segundo de los informes elaborados, "Infancia, Adolescencia y Pantallas. Hábitos de uso y factores psicológicos", donde se refleja que el 93% de los escolares de entre 9 y 16 años utiliza alguna red social. Según, el estudio el acceso a las redes y a los móviles cada vez se da a edades más tempranas y a los 12 años el 90% de los niños tienen teléfono móvil. "Una gran parte de los niños y adolescentes no conocen en persona a sus amigos virtuales y esto influye en el tipo de relación, son más superficiales e impide una socialización considerada normal", explica el coordinador del proyecto.
Los promotores de la iniciativa no pretenden demonizar las redes sociales, pero advierten de sus riesgos. "Su mayor uso provoca un aumento de los síntomas de ansiedad, dificultades en el control de la ira, depresión o problemas de atención", concluye el estudio.
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