Cultivos típicos valencianos al borde de la extinción: el garrofó y el tomate, amenazados por el calor
El exceso de calor aumenta las plagas y los costes de producción del garrofó
El incremento de las temperaturas mínimas disminuye la floración de las plantas de tomate valenciano y por lo tanto su producción
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La paella valenciana no sería lo mismo sin uno de sus ingredientes principales, el garrofó. Esta judía blanca está en peligro de extinción como consecuencia del cambio climático. El aumento de las temperaturas está mermando progresivamente su producción. "El exceso de calor hace que las plantas vayan locas. Además, genera numerosas plagas con el consiguiente incremento del coste por la utilización de productos para tratarlas y aún así no están como deberían estar", explica Amparo Martí, agricultora.
A esto se une la competencia de productos similares procedentes de otros países terceros y la pervivencia de prácticas tradicionales de cultivo, que eleva los costes. "El garrofó de la zona dejamos de cultivarlo porque es caro de producir y no sale rentable", asegura Javier Orts, agricultor.
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Una situación que ya advertía a principios de año el Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV) de la Universitat Politècnica de València (UPV) que ofrecía como soluciones la utilización de variadades más resistentes al calor y la modernización del cultivo del garrofó valenciano.
Tomate valenciano
Otra de las víctimas del cambio climático es el sabroso tomate valenciano. Su presencia en las huertas es prácticamente testimonial, sobre todo, en los últimos años debido al aumento del calor. "Las temperaturas mínimas son muy elevadas desde abril en adelante. Esto provoca que se pierde la floración de las plantas y por lo tanto hay menos producción", explica Orts, agricultor de cuarta generación, que ahora planta esta variedad autóctona en invernaderos. "Lo plantamos sobre fibra de coco en cultivos hidropónicos sin suelo", explica.
Aún así, el precio del producto es muy elevado en comparación con los tomates híbridos que se venden en grandes superficies. "No somos competitivos en precio y decidimos buscar calidad y sabor para los restaurantes y las tiendas de calidad que quieran ofrecer ese producto a sus clientes", señala.
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