Cinco años después de recuperar a su hija Patricia, Alberto Aguilar ha presentado en el Congreso de los Diputados de la mano de la asociación RedUNE, 300.000 firmas recogidas por varias asociaciones y una propuesta de ley para combatir la "persuasión coercitiva". "No tenemos en España una ley de este tipo, para que otras personas no pasen lo que pasamos nosotros y tenga una herramienta los perjudicados, la Fiscalía y las fuerzas de seguridad para perseguir a los gurús y las sectas que captan a personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad", explica Alberto Aguilar.
Su pesadilla comenzó el 7 de enero de 2017, cuando su hija Patricia se esfumó con una maleta con ropa y algunos enseres personales y cogió un vuelo a Lima (Perú), donde le esperaba Felix Manrique, conocido como el Príncipe Gurdjieff, líder de la secta Gnosis. La joven, que tenía 18 años, contactó con este hombre por internet. Él le ofreció respuestas a una joven que se encontraba muy afectada por la pérdida repentina de su tío, al que adoraba, por una enfermedad terminal.
A partir de ahí, Alberto comenzó a mover cielo y tierra para localizar a su hija y traerla a casa. "Acudíamos a la policía a denunciar lo ocurrido y ni la policía ni la Fiscalía podía hacer nada porque no había una ley contra la "persuasión coercitiva". Nos decían que nuestra hija era mayor de edad y se había marchado voluntariamente", cuenta Alberto, que afirma que "con esta nueva ley la persona afectada podría pasar a manos de un psicólogo para que evaluara ese posible lavado de cerebro y apartarla del grupo que la haya captado, de esta forma no tendría que pasar los 18 meses que mi hija pasó con el gurú que la atrapó".
Durante ese año y medio, Alberto se recorrió Perú de arriba a abajo y se adentró en la selva peruana, una zona extremadamente peligrosa, para recuperar a su hija, y a la bebé de un mes que había tenido. "Ahora somos una familia normal con nuestros trabajos y mis hijos con sus estudios, como era antes de que desapareciera".
Félix Manríquez, al que Alberto llama el gurú", no ha sido condenado por la "persuasión coercitiva" a la que sometió a Patricia y a decenas de jóvenes. "Para pillarlo tuvimos que esperar a que cometiera otro delito, en este caso por trata de personas, por lo que fue juzgado y condenado".
Ahora Manríquez cumple una pena de 20 años de prisión, que tendrá que cumplir completa, ya que no cuenta con ningún beneficio penitenciario el delito cometido.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.