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El profesor acusado de someter a varios alumnos a terapias de reconversión sexual ha sido apartado del centro donde trabajaba en Alaquas. En un comunicado, hoy el colegio Madre Josefa Campos ha explicado que han tomado la medida disciplinaria para que el docente deje de dar clases a los niños y únicamente realizar tareas administrativas por haber ofrecido medicamentos para "curar la homosexualidad”.
El acusado, también formaba parte de una secta/organización vinculada de forma no oficial al Arzobispado de Valencia llamada Mater Misericordiae. Según diversas fuentes, este espacio habría sido utilizado por el profesor durante años para llevar a cabo terapias de conversión, bajo la fachada de orientación familiar. Aunque oficialmente se atendieron a 350 personas en el transcurso de una década, se sospecha que el número de víctimas podría ser mucho mayor.
El Arzobispado de Valencia ha tomado medidas y ha prohibido al profesor acusado de volver a utilizar las instalaciones del centro después de que testimonios recopilados por Levante explicasen que párrocos podrían haber colaborado con el docente, derivando a jóvenes homosexuales al Mater Misericordiae desde el confesionario. En respuesta a estas acusaciones, el profesor, ya desvinculado del colegio, enfrenta una investigación penal iniciada por la Fiscalía de delitos de odio desde julio.
Los testimonios, que prefieren mantenerse en el anonimato, describen cómo el docente preguntaba sobre la sexualidad de sus alumnos en lugares apartados del centro escolar, llegando a ofrecerles pastillas con la promesa de "curar la homosexualidad". Los estudiantes detallan el impacto devastador que estas prácticas tuvieron en su adolescencia, llevándolos a experimentar represión sexual, temor y un profundo rechazo hacia su propia identidad.
El profesor de Alaquás también promovía el itinerario de la agrupación religiosa "Es Posible la Esperanza" (EPE), una organización vinculada a la Iglesia católica que aboga por las terapias de conversión. El profesor utilizaba este contexto para legitimar sus acciones, infligiendo un daño psicológico significativo a los jóvenes que caían bajo su influencia.
Los detalles de las prácticas del acusado recopilados a lo largo de varios años, han dejado una huella imborrable en quienes fueron objeto de sus terapias, llevando a la comunidad educativa y religiosa a tomar medidas firmes para evitar que se repitan estos hechos y que nigún niño tenga que pasar por ese mal trago nunca.
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