Las altas temperaturas y la acumulación de contaminantes en la atmósfera que se han incrementado en los últimos años crean un ambiente que es perjudicial para la salud. José Antonio Valiente, investigador de la Fundación CEAM, advierte que en verano se generan condiciones sinópticas en la atmósfera que favorecen tanto los episodios de olas de calor como los de contaminación aguda por ozono.
El investigador explica que existen varios umbrales normativos respecto al ozono, siendo el umbral horario el más importante. Si se supera este umbral, se debe informar a la población sobre los riesgos asociados al ozono para que puedan tomar las precauciones necesarias.
Estas recomendaciones incluyen evitar la exposición al calor y al ozono en las horas centrales del día, no realizar ejercicio físico y que los enfermos crónicos se aíslen en casa. Valiente subraya que las limitaciones de circulación se aplicarían solo en umbrales mucho más altos que los actuales.
Aunque estos episodios no son muy frecuentes, sus consecuencias pueden ser graves. El ozono tiene propiedades oxidantes que pueden afectar significativamente a personas con enfermedades crónicas, reduciendo su capacidad respiratoria y provocando resecación en las vías respiratorias. Para una persona sana, la exposición ocasional a niveles elevados de ozono no debería causar problemas graves, pero siempre es mejor tomar precauciones.
Valiente enfatiza la necesidad de que la población esté mejor informada sobre los efectos del ozono y que, en función de su nivel de exposición, tomen las medidas preventivas adecuadas. El conocimiento y la precaución son claves para mitigar los riesgos asociados a estos episodios de contaminación, especialmente en periodos de olas de calor como las que sufre la Comunidad Valenciana.
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