Condenado a tres años de prisión por hacerse pasar por policía y robar a menores en Castellón
El hombre se hacía pasar por policía secreta
El hombre ya había sido condenado en 2017 a un año de cárcel por un robo
Uno de los menores, asustado, le entregó diez euros cuando fue abordado por el falso policía
Un hombre de 41 años de Castellón ha sido condenado a tres años y medio de prisión por cometer un robo con intimidación utilizando un instrumento peligroso contra tres menores de edad en 2019. En julio de ese año, se dirigió a tres adolescentes de 14 y 15 años en la capital de la Ciudad. Pretendía ser un "policía secreta" y con una varilla metálica de unos 45 centímetros terminada en punta, los amenazó y exigió que le entregaran toda la droga que llevaban.
Ante la negativa de los menores, les exigió el dinero en efectivo que tuvieran. Uno de los niños, asustado, le entregó diez euros para evitar que la situación escalara. Una vez consiguió el dinero, el acusado se marchó.
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Hasta ahora, el caso estaba paralizado
La causa judicial sufrió dilaciones no imputables al acusado, de hecho, desde el señalamiento de la vista de conformidad en noviembre de 2021 hasta la celebración de la misma en abril de 2023, el proceso permaneció paralizado. Además, debido a sus antecedentes penales, se le aplicó la agravante de reincidencia ya que el hombre ya había sido condenado en 2017 a un año de cárcel por un delito de robo con fuerza en el Juzgado de lo Penal 4.
Durante el juicio, los tres menores reconocieron al acusado como el autor del robo "sin ningún género de dudas", según señala la sentencia. Este reconocimiento fue crucial para la condena.
La sentencia
El acusado ha recurrido la sentencia ante la Audiencia Provincial de Castellón. Sin embargo, la máxima autoridad judicial en la provincia ha ratificado el fallo del Juzgado de lo Penal, considerando que hay pruebas suficientes contra el acusado. El recurso fue desestimado y se le impusieron las costas del proceso de apelación a la parte recurrente.
El caso refleja la severidad con la que se tratan los delitos de robo con intimidación, especialmente cuando involucran a menores de edad y a reincidentes. La decisión judicial subraya la importancia de la identificación de los delincuentes por parte de las víctimas y la eficacia del sistema judicial en la protección de los ciudadanos, a pesar de las demoras en el proceso.
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