La creciente popularidad de las sillas eléctricas y motorizadas para personas mayores ha comenzado a afectar el tránsito en Benidorm. La presencia masiva de estos vehículos motorizados, especialmente entre turistas británicos, ha hecho que caminar por ciertas áreas se vuelva cada vez más complicado. Los residentes locales han notado un incremento en el número de sillas eléctricas, lo que ha generado inquietud y malestar.
Un fisioterapeuta de la localidad ha manifestado su preocupación por los posibles efectos negativos del uso extensivo de sillas eléctricas en la salud de los mayores. El especialista advierte que una dependencia excesiva de estos vehículos puede reducir el nivel de actividad física de los usuarios, lo que podría afectar su movilidad y bienestar general. La falta de ejercicio físico debido al uso constante de las sillas podría tener consecuencias a largo plazo para la salud de los mayores.
La situación ha impulsado un llamado entre los ciudadanos para que se establezcan regulaciones más estrictas sobre el uso de sillas eléctricas. Los residentes opinan que estos vehículos deberían ser utilizados únicamente por quienes realmente lo necesiten y sugieren que se implementen normas claras para su manejo.
Además, se ha planteado la necesidad de prohibir el uso de estas sillas bajo los efectos del alcohol, debido a los riesgos asociados con la velocidad y la falta de control que pueden poner en peligro a los peatones. Este auge está generando preocupaciones tanto sobre la salud de los usuarios como sobre la seguridad en las calles.
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