La presión, competitividad y "exigencia brutal" a las que se ven sometidas las personas que quieren estudian un grado universitario sanitario, como Medicina, Enfermería o Fisioterapia, les lleva a sufrir problemas de salud mental desde sus primeros años de carrera y se convierte en un "factor de riesgo" cuando comienzan a hacer su residencia en el sistema sanitario.
Así se ha puesto de manifiesto en los Diálogos EFE Salud organizados junto con la Asociación Valenciana de Derecho Sanitario (ADSCV) para abordar el problema de la salud mental en el ámbito de los profesionales de la medicina, colectivo donde un 25 % tiene diagnosticado un problema de salud mental, pudiendo superar el 40 los no diagnosticados.
El presidente de la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunitat Valenciana (ADSCV), Carlos Fornes, ha defendido que la prevención de estos trastornos de salud mental debería comenzar en las universidades para que los estudiantes sepan "a lo que se van a enfrentar" cuando empiecen un grado o a ejercer como personal sanitario.
A su juicio, la presión asistencial, la agresiones o las condiciones de trabajo hacen que la salud mental del colectivo sanitario se haya convertido "en un problema de primer orden".
Por ello, ha recordado Carlos Fornes, el séptimo Congreso de Derecho Sanitario, que se celebrará en Valencia los días 26 y 27 de septiembre, abordará las repercusiones jurídicas, laborales y sociales de la Salud Mental y la Inteligencia Artificial en el ámbito sanitario.
El director de la Oficina de Salud Mental y Adicciones de la Comunitat Valenciana, Bartolomé Pérez, ha afirmado que si queremos "hablar de la salud mental del personal sanitario, tenemos que hablar primero de la salud mental en la universidad".
En su opinión, se percibe un "cambio generacional muy importante" y mientras antes no había una competencia desleal ahora sí la hay porque los estudiantes compiten desde antes de llegar por conseguir una plaza, lo que de entrada define un perfil de personas con una alta autoexigencia.
A su juicio, habría que poner encima de la mesa la "competitividad" que hay para entrar en un Grado universitario como Medicina, Enfermería o Fisioterapia, donde la "exigencia es brutal" y puede llevarles a sufrir trastornos obsesivos-compulsivos. "Esta gente va a tener un estrés muy importante desde primero de carrera", ha aseverado.
Ha considerado "una barbaridad" la nota de corte de 13,4 para poder entrar a estudiar un Grado de Medicina, que ya lleva al estudiante a un exceso de autoexigencia que le hace entrar a la Universidad con problemas. "En la facultad ya hay bastantes estudiantes con problemas", ha afirmado.
El presidente del Consejo Autonómico de Colegios de Médicos de la Comunitat Valenciana, Hermann Schwarz, ha coincidido en señalar que la presión ya empieza a hacer efecto en la universidad y, en el caso de los Médicos Interno Residentes (MIR) hay el Colegio de Médicos un programa similar al de 'médico enfermo' pero aplicado a los estudiantes del Grado de Medicina.
"Pasan de un sistema de empolla, empolla, a decide, decide", ha explicado Bartolomé Pérez, quien ha agregado que cuando terminan el grado y pasan al primer año de residencia (R1), "empiezan a decidir, y eso es un factor de riesgo tremendo".
Tras señalar que en algunos la vocación "es dudosa" y quieren ser médico fundamentalmente atraídos por el dinero o el "estatus social", también ha indicado que la "empatía" va decayendo conforme pasan los cursos. "Los de tercero son más empáticos que los de cuarto y los de quinto, justo cuando empieza el contacto con los pacientes".
A su juicio, "ser médico es como un olla exprés, levantas el pitorro o saltas, y tienes que prepararte. Son profesiones maravillosas pero hay que ser consciente de la exigencia y la preparación que requieren".
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