Canet lo Roig, un pequeño pueblo del interior de Castellón, se enfrenta a una situación de sequía sin precedentes, como ocurre con todos los municipios del sistema Sénia-Maestrazgo, declarado por la Confederación Hidrográfica del Júcar en emergencia hídrica, como ya ocurrió en febrero.
Un panorama es sombrío, que obligará a establecer restricciones horarias en el suministro de agua, si no se registran precipitaciones significativas en el próximo trimestre. Una situación poco probable ante la llegada del verano.
Para paliar esta escasez de agua el ayuntamiento busca soluciones como distribuir agua mediante cubas. Además, para que los vecinos puedan disfrutar de la piscina municipal, el gobierno popular del consistorio ha decidido llenar con agua no potable, eso sí, cumpliendo con todas las normativas sanitarias.
En otro pequeño municipio de Castellón, Arañuel, con alrededor de 150 habitantes, ha prohibido llenar las piscinas y balsas ante la falta de lluvias y la consiguiente sequía. Desde el consistorio han hecho un llamamiento por un uso responsable del agua potable. "Estos días estamos pendientes del llenado del depósito que nos abastece, comprobando averías e intentando ahorrar agua en la medida de lo posible. Es por todas estas cosas que se está cortando el agua durante la noche, y un par de veces durante el día", han explicado.
La escasez de lluvias de los últimos meses ha llevado a la Confederación Hidrográfica del Júcar a decretar cinco zonas más de la Comunitat Valenciana en situación de "sequía prolongada". Se trata del sistema de la Sènia-Maestrat en el norte de Castellón, el Bajo Júcar entre Valencia y Alicante, y el Serpis, la Marina Baja y el Vinalopó-Alacantí. Se unen así a otras zonas como Mijares-Plana de Castellón, Palancia-Los Valles y Marina Alta.
A la sequía ha contribuido la climatología del pasado mayo, un mes que este año ha sido cálido y muy seco en la Comunitat Valenciana. La temperatura media (17,9ºC) estuvo 0,9°C por encima de la climatología de referencia (17ºC), mientras la precipitación acumulada (13,5 l/m2) fue hasta un 70% inferior que la del promedio climático 1991-2020 (44,5 l/m2).
Se posiciona así como el decimoséptimo mayo más cálido y el séptimo más seco desde 1950 en la Comunitat Valenciana, según el balance mensual de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
El déficit de lluvias fue mucho más acusado en Valencia y Alicante que en Castellón. En esta provincia, las tormentas del interior y norte paliaron algo el déficit mensual, que se situó en el 31% en Castellón.
En Valencia, con un déficit medio provincial del 91%, el carácter pluviométrico fue extremadamente seco, ya que se trata del segundo mayo más seco desde al menos 1950 y solo por detrás del de 1983.
En Alicante, con un déficit medio provincial del 90%, el carácter pluviométrico fue muy seco. Esta provincia encadena así el mes de mayo más húmedo desde que hay registros (el de 2023), con el cuarto más seco desde al menos 1950, solo por detrás de los de 1983, 2012 y 2017.
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