El padre del hombre fallecido junto a su mujer y sus dos hijos --un menor de tres años y un bebé de días-- en el incendio del 22 de febrero en el edificio del barrio valenciano de Campanar ha presentado una queja ante el Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana contra el juez encargado de investigar el suceso por su decisión de archivarlo y contra el cuerpo de bomberos por aplicar el protocolo que hizo volver a su familia al piso cuando se disponían a dejar la vivienda y contra el Ayuntamiento de València.
Así se desprende de la queja remitida por el familiar de los cuatro fallecidos, con fecha 31 de mayo, después de que el Juzgado de Instrucción número 9 de València decidiera mantener el archivo de la investigación por el incendio que se saldó con 10 víctimas mortales y 138 viviendas destruidas.
Frente a la decisión judicial, que se adoptó después de que la Brigada de Policía comunicase que las primeras investigaciones permitían descartar el origen criminal o delictivo del fuego, familias afectadas y la Fiscalía recurrieron y ahora será la Audiencia la que dictamine si el juez debe o no seguir con la instrucción.
El informe ampliatorio de la Policía Científica sitúa en un frigorífico el foco del fuego en la cocina de la vivienda número 86 de la octava planta, donde en ese momento no había nadie.
Mientras se conoce la decisión de la Audiencia, este padre, suegro y abuelo ha decidido presentar una queja ante el Síndic contra el auto de sobreseimiento del juzgado, ya que estima que no se ha contemplado, entre otros muchos asuntos, "la verdadera causa-efecto" del fallecimiento de sus familiares "con horas de angustia, y la que nos sigue y seguirá todo el resto de nuestras vidas", advierte.
El padre relata en el escrito que hubo varias llamadas por su parte hasta la "despedida final" comunicada por su hijo "telefónicamente", con el que estuvieron en contacto mientras las llamas devoraban el edificio y ellos estaban refugiados en un cuarto de baño de la vivienda con toallas.
A este respecto, el afectado asegura que su familia hizo caso "en todo momento" a la orden recibida en las actuaciones iniciales de la primera dotación de bomberos del Parque de Campanar, "que les impidió la salida cuando ya estaban saliendo los cuatro sin peligro. Se les dijo que regresaran y que se encerraran en el baño con toallas húmedas cuando su vivienda estaba situada a mucha distancia, en la parte completamente opuesta al origen del incendio", lamenta.
"De hecho --agrega-- la totalidad de los vecinos que no obedecieron esa orden resultaron ilesos, incluso con la ayuda del conserje Julián, que fue puerta por puerta para que evacuaran el edificio". Y se pregunta: "¿Eso era el protocolo --el confinamiento--? Entiendo que eso sería de aplicación cuando es telefónicamente y no se sabe el alcance porque no pueden salir. Pero cuando se acude presencialmente a un edificio o vivienda, ¿es correcto confinarlos? ¿O es preferible evacuar y salir al exterior?".
El afectado acompaña su queja con las llamadas efectuadas con su hijo en el momento del incendio en las que se observa cómo éste les informa de que van a confinarse porque se lo había dicho un bombero y "tenemos que obedecer", le señala, y continúan las comunicaciones entre ambos hasta el momento final.
El hombre muestra su deseo de que el Síndic lea lo descrito en las llamadas y, a ser posible, "que tuviera la bondad de leerlas el juez encargado de la instrucción". También pide a los bomberos que le den una explicación sobre el protocolo empleado en la orden de volver atrás para confinarse.
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