Con la caída de la facturación del sector juguetero las fábricas que crecieron en el conocido como valle del juguete, en Alicante, han ido cerrando. La última en marcharse es Playmobil y los pueblos en los que centenares de familias vivían de esos productos se reinventan, como cuentan en el vídeo Blanca Agost y Sofía Muñoz.
Setenta fábricas de juguetes llegó a albergar el pueblo alicantino de Ibi. Los primeros juguetes eran de madera y hojalata hasta que en los años 50 llegó el plástico. Con la crisis del petróleo empezaron a cerrarse fábricas, la puntilla para el sector fue la entrada del juguete chino.
“El juguete es un mercado que ha sufrido mucho la competencia asiática, ha hundido al sector”, afirma Luis Bergal, consejero delegado de Injusa. Esta una de las empresas que sobrevive, pero la industria del pueblo se ha reinventado y hoy sigue siendo una gran fábrica.
“El juguete es ahora mismo el 11% del total de la industria, pero estamos hablando en Ibi de 550 empresas”, explica Sergio Carrasco, alcalde de Ibi. Empresas dedicadas al plástico, aunque el juguete sigue dejando en la comarca 1.600 millones de euros al año.
“Somos capaces de diseñar nuestras propias líneas, fabricarlas y distribuirlas. Hasta tal punto que somos capaces de fabricar líneas de producto a medida para clientes", cuenta César Bernabéu, de Muñecas Berjuán.
Lo que llegó a representar esta industria se puede ver en el museo creado a partir de las cenizas de la primera industria juguetera de España fundada en 1905.
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