Dos valencianas se sometieron a un tratamiento médico en la clínica Doctor Life del Valencia que les ha provocado numerosos problemas graves, como ingresar hasta once veces en la UCI del hospital e incluso la extirpación del útero. Y es que además del impacto en su salud, ambas tuvieron que pagar 1.400 euros por adelantado del tratamiento.
Una de las dos afectadas, Rosa González, ha contado a un equipo de Informativos Telecinco su historia. "Todo empieza en febrero de este año, yo tenía unos síntomas que me hacían sospechar que tenía la premenopausia", cuenta. Tras hablarlo con su ginecóloga, acudió a la clínica Dr. Life, donde le hicieron un presupuesto y al tiempo le recibió un doctor que venía de Madrid.
"En la misma consulta cuando me atendió, me implantó la hormona", declara Rosa. Se trataba de una cápsula subcutánea implantada en el glúteo, que iba liberando hormonas para regular los cambios drásticos que sufría. Supuestamente el cuerpo la iba absorbiendo para controlar sus niveles, un tratamiento novedoso.
Ahí empezó su pesadilla, al parecer, le habían triplicado la dosis. Tres semanas después comenzó a encontrarse mal y a tener síntomas como dolor abdominal, hipertensión, taquicardias, vello en la cara o agrandamiento de las partes íntimas. Fue entonces cuando llamó a la clínica.
"Me dijeron que fuera a urgencias y de ahí de nuevo a la clínica", cuenta, "fue un infierno, muchas horas de padecimiento". "La dosis que me dieron era para masculinizarme y eso me ha creado una sensación de depresión, de malestar al ver transformarse mi cuerpo tan rápido", afirma.
La mala praxis de la clínica llegaba hasta tal punto que le mandaba la medicación que no tocaba a través de WhatsApp. "Todo me parecía extraño, pero el doctor me decía que era normal", relata la afectada.
Ha tenido muchos episodios, algunos pasando por la UCI, y en uno de ellos incluso tuvieron que parar un tren y llamar a una ambulancia.
Le quitaron el implante finalmente en Barcelona. Tenía una dosis muy superior a la que deberían haberle puesto, pero prácticamente en su totalidad ya la tenía en el cuerpo.
Actualmente Rosa está intentando recuperar la normalidad, pero tiene secuelas, dolores, hipertensión... Lleva el tensiómetro en el bolso allá a donde va. Hace unos días pudo volver a conducir.
Estuvo dos meses con el tratamiento y todavía tiene efectos secundarios. "Hoy todavía me estoy medicando, he estado mes y medio de baja en el trabajo", lamenta, "aparte del dinero que me cobraron son también las molestias que me está causando, los gastos en tratamientos, ecografías, resonancias magnéticas, analíticas y el tiempo que estoy sin trabajar".
Como ella, hay unas 60 personas en una plataforma con problemas derivados de tratamientos en esta clínica. Otra de las clientas, Aurora, acabó incluso con el útero extirpado.
Rosa cuenta que emitirá una demanda cuando recabe toda la documentación. Por su parte, la central de Doctor Life en Madrid señala que esa mala praxis fue solamente de quien gestionaba la franquicia en Valencia.
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