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El sábado 13 de enero por la tarde, un joven de 26 años avisó a sus padres de que se encontraba mal. Este malestar se fue incrementando y, sobre las 17 horas, el joven se acercó al Centro de Salud de Bigastro con un fuerte dolor seco en el tórax, náuseas y dolor en un brazo. Los sanitarios que le atendieron, le diagnosticaron dolor muscular con alta a domicilio.
El joven volvió a casa y, tan solo 20 minutos después de haber recibido el alta, se desplomó en su habitación, donde perdió el conocimiento y comenzó a convulsionar, entrando en parada cardíaca. La familia llamó al Servicio de Emergencias por desvanecimiento y, mientras esperaban la llegada del Soporte Vital Avanzado, comenzaron a realizar técnicas de reanimación mediante las indicaciones telefónicas.
Los Servicios de Emergencias llegaron al domicilio 30 minutos después del desvanecimiento, cuando iniciaron las maniobras de RCP avanzadas. Los sanitarios hicieron todo lo posible para salvar la vida del joven, pero finalmente tuvieron que decretar su muerte a las 18:18 horas.
Según el diario digital Vega Baja, la familia de la víctima señala al Centro de Salud de posible mala praxis al dejar marchar a su hijo en ese estado, tras realizar una exploración que no se adecuaba a los signos y síntomas que presentaba el paciente. Aseguran que no se realizó el correspondiente protocolo o “Código Infarto” estipulado por la Generalitat Valenciana y la Sociedad Española de Cardiología por un dolor torácico agudo. En esta situación “es esencial la realización e interpretación de un electrocardiograma de 12 derivaciones en los primeros 10 minutos de la llegada del paciente al centro médico”. Un proceso fundamental para la evaluación y reconocimiento temprano del infarto, independientemente de la edad.
Tras enterrar al joven el pasado martes 16 de enero, la familia se encuentra a la espera de que se le adjudique un abogado de oficio. Están devastados y piden justicia por la forma en que murió su hijo, ya que entienden que no se le prestó el soporte necesario y afirman rotundamente que ante una buena praxis por parte del centro sanitario, y como así indican los expertos, su hijo de 26 años tendría muchas posibilidades de permanecer con vida.
Por último, la familia y allegados al joven agradecen al médico de SAMU su profesionalidad y perseverancia, ya que luchó incondicionalmente por intentar salvar la vida de su hijo y amigo.
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