En plena campaña de recogida de naranja en la Comunidad Valenciana, la huelga de los agricultores franceses, con decenas de camiones cargados de frutas españolas bloqueados en el país galo, ha obligado a paralizar la actividad tanto en los campos como en las cooperativas citrícolas. "Los agricultores franceses tienen muchos motivos para protestar, pero es un error culpar a los agricultores españoles o italianos", afirma Carles Peris, secretario general de la Unió de Llauradors, que señala que "no deberían pagarlo con nosotros, somos compañeros con las mismas dificultades, con normativas muy estrictas y precios bajos en el campo. El problema lo tenemos fuera, con la entrada de productos de fuera de la Unión Europea con normativas más laxas".
Una crisis que llega en el peor momento, ya que las naranjas se encuentran en su óptimo estado de maduración. Ante esta situación los recolectores se han retirado y la fruta comienza a caer al suelo. Una dura imagen para los agricultores que llevan todo el año trabajando para conseguir los mejores cítricos. "Tenemos toneladas de naranjas en la Comunidad Valenciana a la espera de ser recogidas y enviadas al centro de Europa. Las mantenemos en los árboles porque así se estropean menos, pero ya comienzan a caerse", explica Carles Peris,
Ante la imposibilidad de utilizar opciones alternativas de transporte por los costes inasumibles, los agricultores piden a las autoridades que se establezca entre España y Francia un corredor de seguridad para los camiones, centenares están ya bloqueados, y poder enviar la fruta al centro de Europa y Francia, donde venden el 90% de su producción, con garantías para los transportistas. "Si esto continúa así, para cuando se resuelva la crisis es posible que la mitad de la cosecha se haya perdido", lamenta Peris.
Cuando las cintas deberían estar a pleno rendimiento en las cooperativas citrícolas, la actividad se ha frenado con la cancelación de los pedidos de los clientes y los trabajadores han sido enviados a sus casas. "De momento, el turno de mañana se ha cancelado y esta tarde a lo mejor retomamos la actividad según nos digan los clientes", señala Pascual Beltrán, gerente de Cocalni.
Es el caso de esta cooperativa ubicada en la población castellonense de la Alquería del Niño Perdido. En sus almacenes, acumulan en sus cámaras 150 toneladas de cítricos ya preparadas para ser transportadas a Europa. "Deberían estar ahora trabajando 90 personas y no hay nadie porque no podemos seguir amontonando cajas de naranjas", señala Pascual Beltrán, gerente de Cocalni.
Solo en esta cooperativa se seleccionan, se clasifican y se envasan en plena campaña unas 200 toneladas diarias, lo que se traduce en 20.000 toneladas en todo el año.
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