La aplastante victoria de Francisco Camps en las elecciones autonómicas de 2007, con mayoría absoluta, llegó a acompañada del anuncio de la llegada de la Fórmula 1 a Valencia.
Un evento de escala mundial que iba a poner a la capital del Turia en el mapa y, además, a coste cero para los valencianos, prometiendo millones de euros de retorno económico para la ciudad.
Para ello, se creó Valmor Sports, una empresa privada que haría frente a los 102 millones de euros del canon establecido por el dueño de la prueba, Benrnie Ecclestone. Además, había que contruir de la nada un espectacular circuito urbano en la Marina del Puerto de Valencia y el Grao para acoger la prueba diseñado por Herman Tilke y poner en marcha una compleja organización sin precedentes.
El circuito se construyó en tiempo récord, incluyendo una zona de 300.000 metros cuadrados donde se iban a levantar en el futuro torres de viviendas, oficinas y grandes zonas ajardinadas. Para ello, la Generalitat Valenciana adelantó del erario público, los 42 millones necesarios para la inversión en ese punto del trazado, con la idea de recuperar la inversión de los empresas privadas interesadas urbanizar un nuevo barrio de lujo.
Poco más de una año después del anuncio, el 24 de agosto de 2008 se celebró la primera de las siete grandes pruebas comprometidas, ganada por el piloto brasileño, Felipe Massa. Un evento que revolucionó la ciudad. Con las gradas llenas y los balcones con vistas al circuito llenos de vip´s, el estreno fue todo un éxito.
Un idilio que se prolongó durante tres años más, pero la crisis económica, hizo inviable el proyecto, y tras la soñada victoria de Fernando Alonso en el circuito valenciano, en la prueba de 2012, se puso punto y final de forma abrupta al Gran Premio de Europa.
Dos años después del fin de la Fórmula 1, la Fiscalía Anticorrupción puso en marcha una investigación tras las denuncias de diputados del PSPV-PSOE y de Esquerra Unida en las Corts Valencianes, para reconstruir las presuntas irregularidades cometidas en la puesta en marcha y desarrollo del megalómano proyecto de Francisco Camps.
Después de un largo proceso de instrucción y numerosas investigaciones la causa fue archivada a finales de 2021 tras no hallar pruebas concluyentes de corrupción.
No obstante, del coste cero prometido por Camps, se cifró en un agujero económico para las arcas públicas que ascendió a 308 millones de euros. Muy lejos quedan los grandes beneficios económicos que supuestamente iban a llegar a la ciudad de la mano de la Fórmula 1.
El símbolo del fracaso de la Fórmula 1 en Valencia son los restos del trazado construido en la zona del Grao, convertido en un erial abandonado, repleto de vegetación, escombros y donde se han producido varios asentamientos chabolistas que han provocado las quejas y denuncias de los vecinos por el abandono de estos terrenos.
Para revitalizar este espacio, el anterior gobierno de izquierdas del Ayuntamiento de Valencia presentó en marzo de 2003 presentó un nuevo diseño del plan de actuación integrada (PAI) del Grao, que incluía un gran parque de desembocadura para concluir el ajardinamiento del antiguo cauce del Turia hasta llegar al mar. Además, se proyectaba la construcción de 3.00 viviendas protegidas y privadas, y una gran zona terciaria.
Un proyecto, que tras el cambio de gobierno, en las elecciones municipales del 28-M ha quedado en el aire y con un futuro incierto.
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