28 meses después Santi y su hijo Adam vuelven a estar juntos. Con tan solo 3 años de edad, este hombre y su pareja se convirtieron en padres de acogida de Adam, un niño con problemas de salud mental y un grave trastorno del espectro autista, al que han dado todos los cuidados y el cariño que necesitaba.
Pero la llegada de la pandemia de Covid-19 lo cambió todo de repente y comenzaron los problemas. Las duras restricciones sanitarias, dejaron a Adam sin la posibilidad de acudir al centro especializado donde asistía diariamente. "Se quedó sin sus talleres y actividades y eso hizo mucha mella en él", explica Santiago Almenar, padre de acogida.
Unas carencias que provocaron que el joven, con 15 años, desarrollara actitudes violentas contra él mismo y contra su padre, lo que obligaron a internarlo en la Unidad Infanto-Juvenil de Psiquiatría del Hospital La Fe de Valencia. "Estuvo 52 días ingresados para reajustarle la medicación, casi dos meses en los que no me separé de él", cuenta.
Tras recibir el tratamiento, Adam se quedó sin plaza en el único centro especializado de la Comunidad Valenciana, Torrent II, para jóvenes con sus problemas de salud mental. "Solo hay 12 plazas y no es pública, pertenece a una empresa privada y no había sitio para él", explica.
Ante esta situación, la Conselleria de Igualdad de la Generalitat Valenciana decidió internar a Adam en un residencia en Llosa de Ranes, a 70 kilómetros de Valencia. "En ese centro ingresan chicos con graves problemas de conducta, un perfil que no tiene nada que ver con el de mi hijo, donde no cuentan con profesionales ni medios para atenderlo adecuadamente, pero a pesar de las carencias estuvo en unas condiciones aceptables", explica el padre.
Pero tan solo dos meses después, sin darle ninguna explicación, la Consellería volvió a trasladar al joven a otro centro para adolescentes con problemas de conducta, Torrent III, donde tampoco contaban con los medios para tratarlo adecuadamente y en el que solo había otros dos internos con las características de Adam.
Ante la preocupación por el futuro de Adam, Santi decidió emprender a finales de 2021 un duro proceso judicial para recuperarlo y llevarlo de nuevo a casa.
Una batalla judicial que llegó a su fin el pasado mes de octubre, cuando el juez decretó como "curador provisional" de Adam a Santiago, su padre de acogida y la salida del joven del centro Torrent II para volver a su casa. Una decisión que tiene que ser confirmada por la Audiencia, aunque la Fiscalía ya se ha mostrado favorable a elevar a definitiva esta decisión.
A la espera de la resolución final, desde el pasado 28 de octubre Adam y Santi vuelven a estar juntos y a sonreír de nuevo. "Ha sido muy duro pero verle feliz lo compensa todo", asegura Santiago.
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