Un tren, 2.000 figuras y 60 casas: así es la villa navideña de un alicantino en el salón de su casa

  • La casa de Ximo cuenta con 2.000 figuras entre las escenas, y hasta 60 piezas que representan las casas y atracciones del pueblo

  • El año pasado ganó el concurso nacional Pueblo de Navidad, en el que cerca de 750 personas participaron

  • El sanvicentero decora, además del salón, todas las habitaciones de su casa, incluyendo los baños y la cocina

A Ximo Sánchez, de 48 años y natural de San Vicente del Raspeig, siempre le ha gustado decorar su casa en navidad: “Siempre me ha gustado montar el belén, el árbol y decorarlo como tradición”, explica. Pero en los últimos cinco años, Ximo ha descubierto el maravilloso mundo de los pueblos navideños. 

“Empecé montando el árbol y alrededor iba añadiendo alguna pieza, alguna casita…” explica a Informativos Telecinco. Con el paso del tiempo, fue interesándose en encontrar nuevas figuras, indagando por internet y quedando fascinado con el estilo americano de crear las villas navideñas. “Empecé a comprar piezas, de hecho descubrí tiendas en España que venden piezas y empecé a agrandar el pueblo, hasta llegar a tener la villa que tengo”. 

El pueblo navideño que inunda de magia la casa de Ximo cuenta, actualmente con 2.000 figuras entre las escenas, y hasta 60 piezas que representan las casas y atracciones del pueblo. “Cada año cambio la distribución y pienso cómo encajar el nuevo pueblo” explica el sanvicentero, que nunca repite poblado. 

De hecho, el año pasado ganó el concurso nacional Pueblo de Navidad, en el que cerca de 750 personas participaron. Ahora, opta a renovar el título. 

Dos meses de preparación

Y para conseguir esa obra de arte, Ximo empezó a trabajar en ella en octubre. Dos meses de trabajo, sobre todo por las noches, “cuando tengo más tiempo libre”. Un trabajo que atrae muchas miradas, entre ellas, las de sus familiares y vecinos que no quieren perdérselo. Pero Ximo no sólo decora el salón de su casa, sino todas y cada una de las habitaciones: la cocina, los baños y las habitaciones… hasta la escalera de sus vecinos. 

Y todo este trabajo lo alarga hasta principios de febrero, cuando empieza a desmontar el pueblo navideño. “Lo mantengo durante todo el mes de enero, para disfrutarlo”, asegura. Y después, todo guardado en cajas, embalado, y guardado en su propia casa: “Soy un as del tetris y en mi casa lo dejo todo de suelo a techo, totalmente colocado”.