Las joyas que engarza Anaïs esconden tesoros únicos. Gotas de leche materna, los primeros mechones de pelo de un bebé, dientes de leche o un trozo del cordón umbilical.
La idea le surgió en 2017 cuando estaba embarazada de seis meses. “Leí un artículo sobre este tipo de joyas que estaban de moda en Estados Unidos y me dije, yo quiero una”, cuenta Anaïs Berna.
Sin conocimientos de joyería, comenzó a investigar para elaborarlas ella misma. “En España no había nadie que las hiciera. Yo soy una persona a la que le gustan las manualidades y tengo ciertas dotes artísticas así que me decidí a fabricarlas”, explica.
El principal reto, conseguir que las piezas con leche materna no se deterioraran con el paso del tiempo. “La leche es un fluido vivo que se pudre y las joyas se teñían de marrón, pero después de infinidad de pruebas di con la fórmula”.
Sus primeras clientas fueron amigas que estaban embarazadas o acababan de ser madres, pero poco a poco, gracias al boca a boca, los pedidos fueron creciendo. “Los que más se venden son los de leche materna, es un momento en que se crea un vínculo muy especial con los hijos y las mamás quieren tener un recuerdo”, explica.
Otra de las piezas más solicitadas es la del cordón umbilical. “Las hago con la parte de cordón que queda en el ombligo del bebé cuando se seca. Queda muy bonita, parece un ámbar”, asegura.
En el caso de las joyas con dientes de leche, se regalan tanto a las madres como a los propios niños. “Los padres les dicen que se las ha traído el ratoncito Pérez y es un recuerdo muy especial para los pequeños”.
Las opciones son infinitas y personalizadas. Hay anillos, pulseras, pendientes, colgantes o charms.
Al principio, Anaïs se resistió a hacerlas, pero cuando le llegó la petición de una madre de Canarias no pudo decir que no. “Me pidió una joya para su recién nacido y otra con las cenizas de otro bebé que tuvo antes y que había falleció. Intuí que lo necesitaba. Cuando se la envié me lo agradeció tanto que decidí seguir haciéndolas”.
Desde entonces, trabaja con varias funerarias haciendo estas joyas con cenizas para personas que han perdido a un ser querido. “Son piezas bonitas, con color, que no tienen nada que ver con lo que había hasta ahora”, explica.
Un tipo de piezas que también elabora para los dueños de mascotas que han fallecido.