El cambio climático y las olas perennes de calor como la que estamos sufriendo este mes de noviembre afectan a la salud de las mascotas.
Uno de los principales problemas que sufren tanto perros como gatos. Cuantos más meses de calor más enfermedades parasitarias. Las áreas de distribución de estas patologías cada vez son mayores y enfermedades como la leishmaniasis se detectan en más partes. "Antes protegíamos a los animales seis meses al año con antiparasitarios externos, ahora lo hacemos durante nueve meses, ha incrementado un 50% y todo es consecuencia del calor que hace que proliferen estos vectores", explica Daniel Volta, veterinario.
En el caso de la leishmaniasis el principal modo de transmisión es a través de la picadura de la hembra del flebótomo, un insecto diminuto que se alimenta de la sangre de los mamíferos. Es similar al mosquito, pero mucho más pequeño, por lo que suele pasar desapercibido. Los síntomas más comunes que presentan los perros que la sufren son lesiones en la piel, muchas veces alrededor de los ojos. También pueden aparecer problemas oculares, renales o articulares, así como crecimiento excesivo de las uñas o, de manera ocasional, hepatitis.
Otro de los problemas de esta enfermedad es que puede transmitirse a los humanos. Cuando la hembra del flebótomo pica a un perro infectado con el parásito que causa leishmaniasis, al tomar su sangre también lo ingiere. La próxima vez que pique a otro perro o persona, el parásito pasará a ellos infectándolos.
Otras enfermedades que pueden afectar a los humanos son la del Valle del Nilo o Lyme que también están desarrollándose en España. "Son patología que se transmiten por garrapatas que también proliferan por el calor. Estas enfermedades además pueden transmitirse a las personas por las propias mascotas o a través de animales de ganadería", señala Volta.
Como consecuencia de esta situación se está imponiendo un nuevo concepto conocido como One Health. "Esto consiste en aúnar la salud humana y la animal en una sola. Muchas de las enfermedades emergentes de los animales debidas al cambio climático se transmiten a las personas y el abaordaje tiene que ser común", señala el veterinario.
Cambio de pelaje
Otro de los efectos en las mascotas de las primaveras y otoños calurosos afectan a la muda del pelaje de las mascotas. De las dos mudas al año normales se está pasando a pequeñas caídas de pelo durante todo el año para adaptarse a los episodios de altas temperaturas. "Cuando hace frío el pelo deja de caer, pero el cambio climático ha derivado en que las mascotas pasen todo el tiempo con mudas atípicas", explica el experto.
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