El incendio declarado este jueves en Montitxelvo (Valencia) ya ha calcinado 2.200 hectáreas de monte y cerca de 1.500 vecinos han sido desalojados de las localidades deTerrateig, la Vall d'Albaida, Castellonet de la Conquesta y los núcleos poblacionales de Ermita d'Ador y Monte Corona, y varias urbanizaciones de Villalonga.
Con las llamas detrás de su casa, Anuska deja su hogar en Ador junto a sus dos hijas de 2 y 4 años, algo de ropa y algunos enseres personales. "Nos vamos con mucha preocupación y mucha pena. Somos muy felices aquí y vamos a ver qué es lo que pasa, ojalá no vaya a más", señala.
Junto a su marido, cargan el coche con los carritos de las pequeñas y cierran la puerta sin saber seguro si se salvará de las llamas. "Me siento como en una película en la que salen los refugiados de las guerras dejando sus casas", cuenta Anuska.
Unas calles más arriba, también en Ador, mientras no dejan de caer cenizas sobre el pueblo, Antonio ayuda a su mujer, que necesita un tacatá para andar, a entrar en el coche, donde ya les espera el perro. Con toda la prisa de la que es capaz a su edad, mete en el maletero algunas bolsas con ropa, medicamentos y algunos bienes imprescindibles para pasar unos días fuera de casa. "Nos vamos a casa de una hija sin saber qué va a pasar. Da mucha pena y miedo", explica Antonio.
Mientras a las afueras del pueblo, varios vecinos contemplan, todavía humeantes, los terrenos que rodean sus viviendas y que han apagado ellos mismos. "Menos mal que tenemos agua en las casas y con cubos y mangueras y la ayuda de la Guardia Civil hemos ido apagando el fuego", cuenta una mujer.
Entre lágrimas, su vecina lamenta dejar su casa. "Nos han dicho que nos tenemos que ir, pero no queremos. El fuego está aquí", explica, mientras que critica la falta de cuidado del monte porque "llevamos mucho tiempo advirtiendo de que el monte esta sucio, con mucha vegetación y ramas secas, pero no nos hacen caso y ahora nos vemos así".
También en los límites de Ador con el monte, Fran con una mascarilla para poder respirar por el humo, se han encontrado esta mañana el fuego a unos metros de su casa. "Se escuchan las explosiones de las cañas, es como un incendio de verano porque el terreno está muy seco y hay muchos cultivos abandonados que son un polvorín", explica. Desde la terraza de su casa contempla la evolución de las llamas y cómo cambia de dirección el incendio en función del viento. "Estamos a la espera de los avisos del ayuntamiento y de Protección Civil para ver si tenemos que desalojar".
Todos ellos están pendientes de la evolución del viento, el principal enemigo de este incendio, aunque las previsiones no son las mejores. Según Aemet las rachas de viento van a seguir soplando con fuerza a lo largo de la tarde y la previsión no es mucho mejor para el fin de semana.