Gátova (Valencia) recupera su histórico horno de leña de más de tres siglos: "Me enamoré del horno y del pueblo"
Después de tres siglos de servicio, el horno cerró el pasado mes de julio al jubilarse el panadero que lo regentaba
Una campaña en redes sociales atrajó a decenas de aspirantes para reabrir un horno necesario para los vecinos
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El fuego del horno de leña de Gátova (Valencia), con más de tres siglos de historia, volverá a prender. Después de cerrar el pasado mes de julio y tras un llamamiento en redes sociales desde el consistorio para conseguir un nuevo panadero, el establecimiento abrirá de nuevo.
Tras presentarse decenas de candidatos, el elegido ha sido Iván, que regentará el horno junto a su mujer Enriqueta, una experta en pastelería.
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Fue su hermana la que le avisó de la campaña, era la oportunidad que estaba esperando. "Antes de ver el anuncio ya sabía que iba a ser mi horno", asegura Iván, que a sus 40 años está ansioso por comenzar esta nueva andadura laboral en un negocio que conoce y en el que trabajó durante años en Madrid. "En esa época me enamoré de este oficio, como me enamoré de este horno al verlo y del pueblo", explica.
Por el momento, lo que ya tiene decidido es el nombre del establecimiento, lo llamará "Horno Amparín", el mismo nombre que ha tenido durante décadas, en honor a su propietaria, Amparo Boigues, que fue la panadera durante décadas, tras heredar el negocio de sus padres. "Lo empezaron mis bisabuelos y yo fuí la cuarta generación. Mi padre cuando se moría me dijo que no se moriría tranquilo si no me quedaba y me quedé", cuenta.
Hace 20 años, Amparo se jubiló y alquiló el negocio a una pareja que lo llevó en ese tiempo. "Eran maravillosos, muy trabajadores. Yo les ayudaba en todo lo que podía y les enseñé todo lo que sabía", asegura. Pero, el panadero se jubiló y ya no encontraron a nadie que quisiera seguir con el negocio.
Casting en toda España
La idea surgió del joven alcalde de Gátova, Jesús Salmerón. "Un pueblo sin horno tiene un gran problema, es un servicio básico. Sin horno la gente al final se va", asegura el edil que llegó a un acuerdo con unos panaderos de Manises (Valencia) para que trajeran el pan tres veces a la semana. La otra opción era recorrer 21 kilómetros hasta el pueblo más cercano con horno por una carretera llena de curvas. "Aquí los vecinos son gente mayor, muchos no conducen y el transporte público es escaso".
Para darle una solución definitiva puso en marcha una campaña en redes sociales para buscar candidatos para el horno. "Muchos medios se hicieron eco y vivieron más personas que habitantes tiene el pueblo de toda España interesándose", explica Salmerón.
La encargada de hacer el casting fue la hornera, Amparo, con la ayuda del alcalde. "Ella se enamoró enseguida de Iván y nosotros estamos encantados de que venga además con su familia, que también es importante para un pueblo pequeño como este", señala.
Los vecinos encantados
La noticia ha sido muy bien recibida por todos los habitantes del pueblo, deseosos de recuperar este servicio. "Un pueblo sin horno, no es un pueblo, es una aldea", sentencia Juan, uno de los vecinos que agradece que "ahora tendremos pan recién hecho a diario.
Quizás el más beneficiado de esta noticia, es José Luis, el propietario del bar del pueblo, que durante los últimos meses se ha tenido que encargar de hacer el pan, incluso algún dulce, para poder atender a sus clientes. "Estamos muy contentos. El pueblo y yo necesitamos el horno", asegura.
Será dentro de dos o tres semanas cuando por fin abrá el horno de Amparín para seguir ofreciendo el mejor pan de leña de la comarca.