Ramonet, el robot creado por el equipo valenciano del Instituto Tecnológico de la Alimentación (Ainia), recorre los campos mediante un sistema autónomo que le permite detectar y recoger frutas del suelo que se pueden consumir.
Desarrollado en el marco del proyecto FOODCOLLECT II, este autómata está basado en tecnologías fotónicas, visión 3D, inteligencia artificial y robótica móvil, que facilitan la recolección de piezas de frutas para su posterior procesamiento.
El proyecto se inició en 2021, y en una segunda fase se han integrado los tres módulos que componen la plataforma móvil robótica: un robot móvil autónomo equipado con GPS y sensores de visión; un sistema de visión con cámaras 2D y un brazo colaborativo con una garra que facilita la recolección de la fruta.
El módulo de navegación permite al robot desplazarse por el campo en busca de los frutos caídos al suelo. Para ello, se ha desarrollado un sistema de algoritmos que traza la ruta óptima para detectar obstáculos y evitarlos, además de crear trayectorias en la parcela para una recolección eficiente, ha detallado Ainia en un comunicado.
Asimismo, el módulo de visión inteligente, con cámaras 2D y 3D, se encarga de detectar los frutos en el suelo y localizar las coordenadas utilizando inteligencia artificial.
Por su parte, el módulo de manipulación colaborativa lo integra un brazo robótico con una herramienta para la recolección, que cuenta con las especificaciones de seguridad alimentaria. La garra está diseñada para poder adaptarse a diferentes formas y tamaños de fruta y permitir así un agarre suave.
El instituto tecnológico ha señalado que este prototipo está diseñado para colaborar con las personas optimizando los recursos. La solución integrada desarrollada en FOODCOLLECT II está siendo validada en campos de naranjas y caquis de la Comunitat Valenciana.
Esto contribuye a la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad del sector del campo valenciano, ha resaltado Ainia, que ha agregado que el proyecto también permite a las empresas de fabricación de maquinaria y bienes de equipo desarrollar "aplicaciones tecnológicas punteras con gran potencial para la exportación nacional e internacional".
La iniciativa ha contado con la participación de Anecoop y Ava-Asaja, empresas productoras y centrales hortofrutícolas que han ayudado a definir la problemática de la caída de fruta y a realizar pruebas en campo, ha señalado el instituto tecnológico.
Asimismo, se ha contado con empresas de robótica móvil, como ROBOTNIK, y especialistas en tecnologías agrícolas, como AGROTECH ESPAÑA, que han participado en las sesiones de validación y demostración.
Con el proyecto FOODCOLLECT, Ainia está "trabajando activamente" en reducir el desperdicio en el sector primario, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
El proyecto se enfoca en tres ODS: producción y consumo responsable (ODS 12), hambre cero (ODS 2) y mejora de la capacidad tecnológica de los sectores industriales (ODS 9).
El instituto tecnológico ha expuesto que casi 80 millones de toneladas de vegetales son desperdiciadas anualmente en la producción primaria en Europa y ha concretado que de ellas, 30 millones son solamente fruta que no llega a comercializarse. Gran parte de este desperdicio es fruta que se cae al suelo y no es recolectada.
Ainia ha destacado que a este se le pueden dar diversos usos como comida animal, extractos, zumos, productos procesados, aromas, azúcares o biomasa entre otros.