La temperatura del mar Mediterráneo no deja de batir récords. Durante la semana del 20 de julio, la costa valenciana llegó a registrar los 27,7 grados centígrados, lo cual ya resultó preocupante. Sin embargo, esa cifra ya ha sido oficialmente superada, ya que este martes un muestreo en la costa de Gandía registró la temperatura de 28,7 grados.
Desafortunadamente, es un récord histórico, únicamente se había llegado a acercar a este número en 2003, cuando se registraron 28,4 grados en el Mediterráneo. La situación es alarmante, según cuentan los expertos, debido a que dicho ascenso amenaza a la fauna marina y provocará un aumento de tormentas en otoño.
La investigadora Silvia Falcó, encargada del muestreo, advierte que "antes los 28 grados se alcanzaban en septiembre, tras la acumulación de calor de todo el verano, pero si ahora en julio ya hemos superado esa barrera es para preocuparse". Además, recordemos que solo estamos en julio, aún quedaría registrar temperaturas en el mes de agosto y septiembre, "y puede que estas cifras sigan subiendo".
Aemet expone que esto ocurre porque el mar lo están sobrevolando masas de aire muy cálidas y hay un intercambio de calor entre la atmósfera y el mar, y, además, sólo ha habido un día con viento de poniente, el resto ha predominado el viento de levante". El viento de poniente refresca la superficie del mar por afloramiento de aguas frías más profundas y este año solo hubo un día, lo que dio lugar a un ligero enfriamiento, pero ha seguido soplando levante los días pasados y nuevamente se ha vuelto a máximos históricos.
Muchos bañistas ya están comprobando que, en mucha ocasiones, tienen la intención de darse un baño en el mar para refrescarse, y no lo consiguen, el agua está demasiado caliente.
Falcó explica que el aumento de la temperatura podría ser tan letal que "algunos organismos no lo tolerarán y van a morir". Este panorama produciría "un cambio de la composición de la fauna, provocando la muerte de algunas especies, la adaptación de otras, pero también cambios en su comportamiento".
La investigadora ya está haciendo pruebas con algunos moluscos y concluye que: las tellinas en unos días se mueren, solo podrían sobrevivir si se entierran en la arena; y los mejillones, por otro lado, tienen dificultad para soportar los 28 grados en el mar. En el caso de las medusas, como son organismos poiquilotermos (no son capaces de regular su temperatura corporal), podrían necesitar más alimento y, por ello, ser más activas".
Por otro lado, la Falcó apunta que el calor acumulado del mar podría derivar en efectos meteorológicos extremos: tormentas, vientos huracanados y Danas.
El riesgo por calor extremo llegó el domingo a 39 municipios de la Comunidad Valenciana, según la Conselleria de Sanidad. Según Aemet en la Comunidad Valenciana, será el segundo julio más cálido de la historia, por detrás del de 2015. Hay diferencias entre los días y las noches, las temperaturas nocturnas de julio no tienen precedentes en el litoral. No hay ningún mes, contando agosto, con unas noches tan cálidas como las que va a tener julio de 2023.
La temperatura media nocturna de este mes en Valencia, por ejemplo, es de 24.7 ºC, que supera en medio grado a las noches de julio de 2015 y en 0.8 a las de agosto del año pasado.
Los municipios en riesgo alto (rojo) son Ayora, Cofrentes, Cortes de Pallás; Jalance; Jarafuel; Teresa de Cofrentes y Zarra; Villena; la Font de la Figuera y Moixent; Requena y Venta del Moro; Aras de los Olmos y Titaguas y Fontanars dels Alforins.
La alerta naranja (nivel medio) afectó a Ademúz; Casas Altas; Casas Bajas; Castielfabib y Torrebaja; Campo de Mirra y Cañada; Vallada; Bunyol y Yátova; Camporrobles; Sinarcas; Utiel y Villargordo del Cabriel; Benagéber y Tuéjar; Albaida, Alfarrasí, Benigànim, Benissuera, Bufali, el Palomar, Montaverner y Ontinyent.