El calor y la sequía reducen a la mitad la cosecha de melones y sandías, que disparan sus precios: "Los clientes renuncian a comprarlas"

  • Los melones se pagan en las tiendas a tres euros el kilo y las sandías a 2,50 frente a los 1,20 euros a los que se vendían en 2022

  • En supermercados como Mercadona los clientes se encuentran con los stands reservados a estas frutas vacíos

  • Qué riesgos conlleva comprar melón o sandía ya cortados

Son las frutas estrella del verano y sin duda una de las formas más apetecibles de combatir el intenso calor. Sin embargo, disfrutar de un buen melón o de una jugosa sandía se ha convertido en un lujo que no está alcance de todos los bolsillos.

La escasez de estos manjares ha provocado un desavastecimiento generalizado en supermercados y en fruterías.

En Mercadona los clientes se encuentran estos días con los stands reservados para estas frutas vacíos. Una carencia que los consumidores han viralizado en redes sociales, ante lo que la compañía de Juan Roig ha dado explicación desde su cuenta de Twitter.

Precios disparados

La poca oferta existente hace que melones y sandías se paguen a precio de oro, alcanzando los tres euros el kilo los primeros y a 2,50 las segundas, cuando el año pasado por estas mismas fechas se vendían ambas frutas a 1,20 euros el kilo. "Los clientes se quejan del precio y muchos renuncian a comprarlas", explica Richar Peñalver, gerente de Frutería tu Fresco en Valencia.

Es el reflejo del incremento de los precios en el campo, que han aumentado un 61% en las sandías, que han pasado de los 0,49 euros el kilo de 2022, a los 0,79 de este año. Un aumento aún más importante en el caso de los melones que se han pagado a 1,04 euros el kilo a los agricultores, frente a los 0,53 del año pasado, un 98% más.

Altas temperaturas y precipitaciones intermitentes

La Unió Llauradora explica estos precios nunca vistos por una "concatenación de problemas meteorológicos que han provocado una reducción de cosecha a la mitad en ambos cultivos".

En primer lugar, por las elevadas temperaturas durante la época de plantación que aceleraron el crecimiento de las plantas y al mismo tiempo limitaron el cuajado de los primeros frutos. Posteriormente, las precipitaciones intermitentes de mayo y junio junto a temperaturas suaves hicieron que se echaran a perder muchos frutos.

Las olas de calor unidas a las fuertes granizadas en las semanas de cosecha han reducido en un 52% la sandía recolectada en la Comunidad Valenciana, que no superará las 35.000 toneladas, en relación a la pasada campaña y de un 63% sobre la media de las últimas quince. En cuanto a la producción de melón, que oscilará sobre las 17.000 toneladas, supone un descenso respecto a 2022 del 53% y en relación a la media de los últimos 15 años del 62%.

Y todo ello en una temporada en la que según datos del Ministerio de Agricultura, hay plantadas en la Comunitat Valenciana un total de 1.534 hectáreas de sandía, lo que supone un pequeño incremento de solo el 2% sobre la pasada. Sin embargo, hay que destacar que desde el año 2000 existe un 31% menos superficie plantada de sandías en territorio valenciano.

También la superficie plantada de melones ha crecido en la Comunitat un 5%, 1.260 hectáreas, sin embargo el retroceso desde principios de siglo es también alarmante e igual que en la sandía desciende un 31%.

Trasvase Tajo-Segura y ataques de jabalíes

Desde La Unió recuerdan además "los problemas hídricos y la incertidumbre del trasvase Tajo-Segura para el cultivo del melón en las zonas productoras del sur de Alicante". "Y por si no fuera suficiente con la influencia del cambio climático en estos cultivos --prosiguen-- durante esta campaña se ven ataques masivos de jabalíes en busca de alimento y agua en las zonas productoras que están causando numerosas pérdidas".

Los melones y sandías, con un alto componente de agua, son un sustento ideal para esta fauna salvaje que prolifera cada vez más en la Comunitat Valenciana. La organización sigue reclamando medidas para evitar la sobrepoblación de estas especies.

Finalmente, La Unió señala que tanto sandía como melón tienen un índice bajo de aseguramiento porque el actual sistema no se adapta a las necesidades y realidades de ambos cultivos.

Todos estos factores van a provocar unas perdidas directas para los productores de la Comunitat Valenciana de melón y sandía rondarán esta campaña los 44 millones de euros.