Un partido de fútbol entre dos equipos formados por ciudadanos colombianos y senegaleses acabó en una batalla campal el pasado sábado en el cauce del río Turia de Valencia.
La multitudinaria pelea se produjo sobre las 21 horas cuando los integrantes del equipo de jóvenes africanos se enfrentaron a una parte del público. "El partido estaba siendo duro y algunos aficionados colombianos que estaban ebrios comenzaron a tirar latas de cerveza a los jugadores senegaleses porque varios son musulmanes y no beben alcohol", explica Rodrigo Ródenas, presidente del CFB Ciutat de Valencia, club que gestiona estas instalaciones deportivas cedidas por el Ayuntamiento de Valencia.
En las imágenes a las que ha tenido acceso NIUS, se aprecia como los futbolistas africanos comienzan a lanzar sillas, bancos y otros objetos a los aficionados colombianos, que tratan de repeler la agresión. En un momento del enfrentamiento, los jugadores senegaleses acorralan a uno de los integrantes del público y le propinan puñetazos y patadas.
Como consecuencia del enfrentamiento, dos personas resultaron heridas aunque no se ha presentado ninguna denuncia, a pesar de que dos patrullas de la policía se personaron en las instalaciones deportivas.
El encuentro formaba parte de una liga de fútbol de integración social que organiza desde hace 24 años la Asociacion de Inmigrantes Ecuatorianos y Latinoamericanos, Juan Motalvó. "Nosotros les alquilamos las instalaciones desde hace 12 años y nunca se había producido ningún incidente", afirma Rodrigo Ródenas.
Tras la pelea, la asociación ha decidido suspender la liga y se plantea cancelarla definitivamente.
Por su parte, el club CFB Ciutat de Valencia sí que ha denunciado a la asociación organizadora del torneo para exigir las responsabilidades pertinentes. "El Ayuntamiento de Valencia nos pide a nosotros que hagamos frente a la reparación de los desperfectos, que son solo unas sillas y unos bancos, y nosotros reclamamos el pago de los mismos a la asociación Juan Montalvo", señala Ródenas.
El CFB Ciutat de València ha condenado "los hechos impropios ya no de deportistas, sino de personas con un mínimo sentido cívico" en un comunicado en el que señalan que el club se siente "perjudicado no sólo por los destrozos materiales, sino por la lamentable imagen ofrecida en el lugar donde, desde hace muchos años, desarrolla sus actividades deportivas con niños y jóvenes de entre 3 y 19 años de edad".