En apenas tres años su vida ha dado un cambio radical. Una joven valenciana ha dejado su vida en la ciudad para mudarse al pueblo y hacer frente a uno de los mayores retos de su vida: levantar una empresa desde cero como homenaje a su abuela. Carmen Manzano, de 23 años, admite que "al principio todo parecía una broma", pero la iniciativa ha acabado asentándose y la tradición curativa que tenía su abuela va en proceso de restaurarse para siempre.
En fecha de 1938, cuando la Sede de las Brigadas Internacionales estaban instauradas en Villanueva de la Jara (Cuenca), un médico de Madrid le confesó a Carmen Serrano la receta secreta para sanar las hemorroides, y le hizo prometer que debía continuar siendo secreta. Ella, una mujer de campo, comenzó a producir el líquido milagroso y nunca reveló a nadie las claves para realizarlo. Así, se convirtió en todo un prodigio para el pueblo.
Elaboraba una obra maestra curativa de forma altruista y se la brindaba gratuitamente a los vecinos del pueblo e incluso a extranjeros que acudían a propósito a su casa en busca del remedio. A veces recibía obsequios en agradecimiento; al parecer, 'el producto de la abuela' gozaba de gran éxito y acumulaba cada vez más aficionados.
Con el paso del tiempo, y ya con 92 años y 20 nietos, la anciana fue asumiendo que le faltaba la vitalidad suficiente para seguir con la producción, así que decidió revelar el secreto a su hijo para que siguiera con la tradición. En 2018 la mujer falleció, y fue en ese momento cuando la familia, de manera autodidacta, decidió levantar una empresa para registrar el producto y continuar con su legado.
Carmen Manzano, ahora con 23 años; y su primo, Alberto Manzano, de 24, son los líderes de 'Almostop', "el producto centenario y de origen natural" para sanar las hemorroides. "Todo el proceso lo hemos hecho de forma independiente e invirtiendo todos nuestros ahorros", asegura Carmen, el ejemplo perfecto, admite, de 'yo me lo guiso, yo me lo como'. Pero para estos dos jóvenes no ha sido fácil llevar a cabo todos los trámites burocráticos necesarios y producir para toda Europa, con intención de hacerlo también en Estados Unidos y China.
"A veces las empresas sanitarias o farmacias no nos tomaban en serio, incluso denunciaban el producto, ser joven ha sido un handicap", afirma la valenciana. Afortunadamente, aunque al inicio supuso mucho desánimo para ellos, consiguieron promocionarse a través de redes y las empresas acabaron encontrando un "proyecto muy interesante" en su propuesta. Tras conseguir luz verde de la Unión Europea y un laboratorio para los análisis sanitarios, reunieron a vecinos del pueblo y consiguieron sacar adelante la venta de 'Almostop'.
Carmen pasó de una carrera de Periodismo en Valencia y una vida en la capital del Turia, a trasladarse al pueblo de sus antepasados, donde pretende establecer la planta de producción del líquido, con el objetivo de paliar los efectos de la despoblación y crear puestos de trabajo. Actualmente, manejan datos de unos 1.000 pedidos al día, aunque con una oficina aún pequeña, de unos doce trabajadores. "Se nos está yendo de las manos, ahora hay mucha faena", confiesa la joven emprendedora.
"Yo me encargo de visitar a las farmacias para dar a conocer el producto, de preparar los pedidos online y también llevo las redes sociales y la web", explica. Pero todo el trabajo tiene su recompensa. Cuando se le pregunta sobre su abuela, qué pensaría de todo lo que han conseguido su hijo y sus dos nietos, la emoción en su voz resulta evidente. "Estaría tan contenta e ilusionada, y sobre todo por el respeto que hemos mostrado hacia la tradición y la decisión de mantener en secreto la receta", reconoce, "es todo un homenaje".