El cáncer de colon es el más frecuente, pero también uno de los más fáciles de tratar si se descubre a tiempo. Por eso son importantes los programas de detección precoz a través de los Test de Sangre Oculta en Heces (TSOH).
El análisis se realiza recogiendo una muestra de excremento ya depositado, por lo que "se trata de una prueba no invasiva y, por lo tanto, nada molesta, que intenta determinar la presencia de sangre no visible en las heces con el objetivo de detectar a tiempo pólipos o lesiones en el colon que podrían derivar en un tumor maligno", indican en la Asociación Española Contra el Cáncer.
La razón que justifica esta prueba es que los vasos sanguíneos más grandes de los pólipos o los cánceres colorrectales son frágiles, por lo que se lesionan fácilmente durante el paso del excremento y liberan sangre en el colon o el recto. En la mayoría de los casos, la cantidad de sangrado no es suficiente como para que se detecte a simple vista, de ahí que se analice el excremento en un laboratorio.
El test de sangre oculta en heces se realiza sobre una muestra que la persona recoge en el baño de su casa con un fácil dispositivo diseñado para ello. El kit para la prueba suele incluir un tubo, una pequeña espátula, unos guantes y un sobre para guardar la muestra. En algunos casos puede también incluir un papel para depositar las heces.
Para la recogida, algunos programas como Prevecolon de la Comunidad de Madrid aconsejan:
La población objetivo para realizar esta prueba de sangre oculta en heces con la que detectar el cáncer de colon son hombres y mujeres de edades comprendidas entre 50 y 69 años, dada la incidencia de cáncer colorrectal en estas franjas de edad.
La prueba está desaconsejada si hay un sangrado activo, por ejemplo, si se está con la menstruación o si existen hemorroides. En ese caso, hay que consultar al médico.
Por otra parte, las personas con criterios de alto riesgo personal, o riesgo de cáncer familiar o hereditario, son sometidas a protocolos de actuación diferentes que suelen incluir la revisión directa a través de una colonoscopia.
Si se detecta sangre en las heces, será necesario valorar con el médico de Atención Primaria la indicación de una colonoscopia de cribado, porque el sangrado no significa siempre que haya un cáncer, sino que puede ser debido a otras patologías como hemorroides, pólipos o displasias. Por tanto, el positivo en TSOH es un indicio que hace necesario completar el estudio con otras pruebas diagnósticas como la colonoscopia.
En la mayor parte de los casos en los que el test es positivo y se realiza colonoscopia, los hallazgos son normales o se diagnostican pólipos benignos, cuya extirpación disminuye de forma considerable el riesgo de cáncer en el futuro. En una minoría de las personas con test positivo en heces, la colonoscopia detecta cánceres en estadios precoces antes de que aparezcan los síntomas, ofreciendo mejor pronóstico de recuperación.
Si el resultado es negativo, el intervalo de exploraciones recomendado por Sanidad es de dos años para que la prevención del cáncer sea efectiva. De esta forma, las personas de entre 50 y 69 años que no tengan criterios de exclusión, recibirán cada dos años una invitación para participar en el programa de cribado.
Dependiendo de la comunidad autónoma, se enviará el kit por correo al domicilio o se recogerá en el Centro de Salud o farmacia. Esta cuestión se especifica en la convocatoria recibida para realizar la prueba.
Una vez recogida la muestra en casa, por el propio usuario, el test se entrega dentro de la bolsa en el Centro de Salud o en la farmacia para que sea enviado al laboratorio.
Las personas de entre 50 y 69 años que son convocadas a los programas de cribado poblacional no tienen que pagar nada ya que es una prueba que está contemplada en el Sistema Nacional de Salud desde el año 2014.
Según los datos manejados por la Asociación Española contra el Cáncer, la detección precoz, a través de programas de cribado, disminuye la mortalidad a corto plazo entre un 30% y un 35%. Estos porcentajes equivaldrían en España a salvar la vida de unas 4.000 personas al año. Además, la evidencia científica, aseguran desde la asociación, muestra un incremento en cinco años de la supervivencia del 23,4% de las personas que participan en estos programas de cribado.