Los abuelos son una parte fundamental en la vida de muchos niños, les han cuidado prácticamente desde que nacieron cuando sus padres no podían. Han sido esenciales para que estos últimos pudiesen conciliar la vida familiar con el trabajo. Pero, desde que la pandemia de coronavirus golpease con fuerza en España, abuelos y niños quedaron separados. Las visitas, prohibidas: son un colectivo muy vulnerable a este virus y hay que cuidarles.

Pero, a medida que la pandemia ha ido evolucionando en España y ha seguido una tendencia decreciente, las estrictas medidas de movilidad se han ido relajando y todo el país ya ha dejado atrás la fase 0 de la desescalada. Desde el lunes 25 de mayo, todos podemos visitar a nuestros familiares, también a los más vulnerables. Eso sí, con "rigurosas medidas de protección".

Así lo dicta la Orden publicada en el BOE el 9 de mayo especifica en el capítulo 1, artículo 2.2, que especifica que "las personas vulnerables al COVID-19 también podrán hacer uso de las habilitaciones previstas en esta orden, siempre que su condición clínica esté controlada y lo permita, y manteniendo rigurosas medidas de protección".

Cabe recordar que en esta orden se permiten las visitas a amigos y familiares en sus domicilios o en una terraza siempre y cuando se limiten a un máximo de 10 personas. Se pueden realizar fuera de las franjas horarias establecidas para cada grupo de edad, que siguen vigentes solo para los paseos y la práctica de deporte físico. El máximo permitido en estos grupos únicamente se podrá superar en el caso de que se trate de personas que conviven en el mismo domicilio. Así, en las reuniones que se realicen en las terrazas (que podrán abrir al 50% de su capacidad) como en domicilios, se puede acudir al encuentro a cualquier hora del día, siempre que el establecimiento esté abierto y respetando el límite de 10 personas por mesa.

Por lo tanto, los encuentros de las familias con sus abuelos sí están permitidos, bien en sus domicilios o en una terraza, dentro de que se respeten límites antes mencionados y se mantengan rigurosas medidas de protección.

No obstante, tanto el ministro de Sanidad, Salvador Illa, como el doctor Fernando Simón, han coincidido en recomendar a la población esperar para poder ir a visitar a los mayores, si estos no gozan de buena salud o si cuentan con patologías previas.

De hecho, en una rueda de prensa Fernando Simón preguntado sobre los abrazos, explicó "el riesgo que implican", porque los niños son un vector de transmisión del coronavirus. "Tenemos que ser conscientes del riesgo que puede suponer los abrazos. Yo preferiría que pudieran darle muchos abrazos y no solo uno".

De esta manera, el director del Centro de alertas sanitarias desaconsejó que los niños puedan abrazar a sus abuelos porque, con "la epidemia que hemos vivido" y con los actuales niveles de contagio de coronavirus, sería someter a los mayores a un riesgo "innecesario".