Muchas son las mujeres que han sufrido la lacra de la violencia machista durante el estado de alarma. Han tenido que convivir, forzosamente, con su maltratador hasta que ahora, con la desescalada, han conseguido romper su silencio.
En esta etapa, han aumentado un 61 por ciento las denuncias por casos de violencia machista. Y es que 7 de cada 10 asesinatos por violencia machista se producen en casa y precisamente en casa han permanecido encerradas durante meses miles de mujeres maltratadas. En total casi 100 días obligadas a convivir con sus agresores con posibilidades más que limitadas de pedir ayuda.
A medida que se van relajando las restricciones aumentan las peticiones de socorro. La prueba la tiene el 016 porque desde que comenzó la desescalada las llamadas al teléfono de atención a las víctimas de violencia de género han aumentado un 61 por ciento.
Con las restricciones a la movilidad se ha reducido el quebrantimiento de las órdenes de alejamiento pero el hecho de no poder acercarse físicamente a las víctimas ha aumentado el hostigamiento por otras vías como las redes sociales.
El año pasado las denuncias por maltrato superaron las 170.000.
Cada vez son más las mujeres que dan el paso pero el dato que preocupa es que el 75 por ciento de las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en 2019 no habían presentado denuncias previas.
Un lamentable ejemplo de la violencia machista durante el confinamiento es lo ocurrido en Úbeda este fin de semana. Hoy es el segundo día de luto por el asesinato de una mujer y sus dos hijos a manos, presuntamente, de su padre y marido.
Ayer todo su pueblo se volcó en el funeral de Belén y sus hijos Iván y Adrián. La iglesia de la localidad se quedó pequeña. Amigos y familiares les dieron su último adiós y más de 150 personas siguieron desde fuera el funeral.
Nadie se explica por qué Paco acabó con sus vidas a puñaladas y luego se suicidó. Sus vecinos de Villacarrillo aseguran que eran una familia modélica pero sus amigos cuentan que el presunto autor de los hechos llevaba días decaído, estaba desaliñado y mucho más callado.