El número de personas que viajan y se van de vacaciones con sus perros y mascotas en nuestro país es cada año mayor. Concretamente, según un estudio realizado por la plataforma de certificación de establecimientos ‘dog-friendly’ Dog Vivant, son ya casi siete millones de habitantes los que viajan al menos una vez al año con su perro.
Esta tendencia, llega al mismo tiempo como una necesidad y un reclamo de la población española. Por un lado, el número de hogares con perro en nuestro país sigue aumentando, representado ahora el 24.1% del total con alrededor de cuatro millones y medio. Sin embargo, por otra parte, los dueños de los canes no ven el viajar con su mascota como una necesidad, sino como un deseo de compartir la experiencia con un miembro más de la familia.
“El 93% que viaja con perro es porque quiere viajar con él” comenta Elena Fernández, responsable del estudio de Dog Vivant. Según la opinión de los encuestados, el 62% de los mismos asegura que eligen viajar con su perro porque le gusta pasar tiempo con él, aunque no siempre sea posible. Sin embargo, un 31% asegura más contundentemente que “no contemplan unos días de vacaciones sin su perro”.
De esta manera, Fernández señalara que esta conclusión cualitativa sobre las motivaciones de la gente a la hora de viajar con su mascota implica dos cuestiones. En primer lugar, “hay una oportunidad brutal” de mercado para diseñar modelos turísticos, lugares públicos y servicios asociados a este fenómeno.
En segundo lugar, esta parte de la población busca lugares donde disfrutar “con el perro”, por lo que los negocios deberían reorientar sus servicios y abandonar prácticas actuales que se presuponen ‘dog-friendly’ donde se ofrece la posibilidad de dejar al perro al margen para que disfrute el usuario. Es decir, en vez de poder dejar a tu perro en la puerta de un restaurante porque cuenta con dispositivos previstos para ello, poder entrar en el establecimiento con él y disfrutar juntos.
Antonio Escribano es uno de los responsables del Hotel Cardamomo Sigüenza, en Guadalajara, donde desde el día de su apertura eran admitidas las mascotas y a día de hoy pueden acompañar a sus dueños en casi todas las estancias del lugar. Esto incluye el comedor y solo cuenta con las excepciones de la piscina y la sala de relajación y spa. Él, asegura que la clave de cara al trato con sus clientes con perro es ofrecer “libertad” y “un poco de confianza, que sienta que su animal no molesta”.
Los usuarios que buscan este tipo de viajes y vacaciones, aseguran que este tipo de servicios todavía tienen mucho que mejorar. Alba Martín, de 23 años, siguiendo con los motivos revelados por el estudio, asegura que no se plantea viajar sin su mascota, Dalí, sea donde sea. “Yo siempre que puedo me llevo a mi perro de vacaciones, y no solo de vacaciones, sino a cualquier sitio”, comenta.
Sin embargo, añade que a día de hoy sigue siendo complicado poder hacerlo con comodidad. Según ella, una de las partes más complicadas es la de encontrar un alojamiento donde la mascota sea bien recibida. “En la gran mayoría de los hoteles, por no decir en todos, no dejan llevar perro”.
Como alternativa, siempre suele hospedarse en campings y, sobre todo, apartamentos, que suelen ser más abiertos en cuanto al alojamiento de mascotas. En cuanto a la primera opción, Martín comenta que “en los campings suelen dejar, pero normalmente te hacen pagar un suplemento de unos cinco euros por llevar mascota”. Por eso, la opción preferida por ella son los apartamentos, donde los perros son bien recibidos y además no suponen un sobrecoste.
Por su parte, Escribano, asegura que en su establecimiento se han ido “adaptando a las exigencias y demandas” de sus clientes. Así, actualmente cree que con los servicios actuales y las mejoras realizadas ya proveen todos los servicios posibles para este perfil de turistas. Así, se han convertido en un referente en su zona, pues es el único restaurante de la provincia que admite mascotas, lo cual es un plus especialmente en invierno, cuando no hay terrazas donde perros y viajeros pueden comer juntos.
Respecto a este margen de mejora que todavía existe, Fernández se muestra optimista con el progreso mostrado en España durante los últimos años en lo que al fenómeno ‘dog-friendly’ se refiere. Según ella, “todo pasa por experimentarlo” y que las personas sin mascotas dejen de sorprenderse cuando vean que un perro está en un establecimiento y se comporta adecuadamente y no supone ninguna molestia.
Esta percepción de la comunidad sin mascotas es, según ella, el principal campo en el que se puede avanzar más allá de la adaptación de los negocios turísticos. Para esa normalización, ve necesario que dueños y mascotas responsables vayan dejando huella y normalicen esta situación poco a poco, para lo cual es importante que “el perro esté educado y el humano esté educado", pues destaca la responsabilidad del turista por encima de sus mascotas.
En cuanto al transporte, las opciones también son limitadas para los viajeros con perro, aunque en este caso no solo es responsabilidad de los proveedores de servicios, sino también el propio bienestar del perro. A no ser que se trate de una mudanza permanente a otro continente, desde esta plataforma especializada desaconsejan realizar largos viajes en avión con sus mascotas, pues esto no es bueno para su propia salud. Además, a día de hoy solo algunas compañías lo permiten y únicamente con animales de menos de ocho kilos.
Por lo tanto, los viajes acompañados de mascota quedan más limitados al territorio peninsular, para lo cual los usuarios prefieren el coche o la autocaravana (97%) muy por delante de otras posibilidades como trenes, autobuses o barcos.
En cuanto a las posibilidades de negocio para los hosteleros, según Fernández este fenómeno mueve “diez millones de euros” al año según las aproximaciones de su estudio. Por lo tanto, parece obvio que hay un nicho por explotar en el turismo español debido a la falta de adaptación actual que mencionábamos anteriormente.
“En la medida en la que los negocios turísticos sean capaces de adaptarse a eso, entrarán en la comunidad ‘dog-friendly’ y verá cómo ganan dinero y ganan reservas". "Tienen que entender esa clave, que no es una obligación, es un deseo”, asegura la responsable del estudio. “Aceptar clientes con perro no significa que vayas a perder el control para nada”, asegura al mismo tiempo que ofrece los servicios de su empresa para asesorar a aquellos que quieran comenzar a proveer estos servicios y necesiten consejo.
Además, el estudio de Dog Vivant también ha revelado un atractivo extra para el sector hostelero: los turistas con perro tienen estancias más largas y gastan más. Así, a raíz de cruzar los datos del informe con otros del INE, se ha descubierto que la duración media de las estancias con perro es de 5 noches, casi un día más que el 4.06 de media que ostenta el conjunto de los turistas españoles. De la misma manera, mientras el gasto medio por persona en el país es de 58 euros por noche y 238 en total, el de los viajeros con mascota es de 72.6 euros por noche y 361 en total.
El estudio de Dog Vivant también ha revelado otros datos importantes sobre el perfil habitual del turista que busca opciones ‘dog-friendly’ y sus preferencias. En primer lugar, el viajero con perro más habitual son las parejas sin hijos, representando un 41% de los encuestados, y las parejas con hijos, 34%, muy por delante de otras opciones como personas solteras o que comparten piso. Aunque asegura que “hay de todo”, Escribano asegura que en su hotel sobre todo reciben a “parejas jóvenes” de una media de entre 30 y 45 años.
Para este perfil de turistas, los destinos preferidos incluyen parajes naturales, ya sea uno más rural y de montaña (55%) o uno costero con playa (36%). Mientras, la gran mayoría de estos viajeros prefiere evitar las ciudades para las vacaciones con sus perros. En cuanto al alojamiento, los turistas ‘dog-friendly’ buscan lugares más independientes y autónomos, siendo sus primeras preferencias las casas rurales (83%) y los apartamentos turísticos (56%), muy por delante de otras opciones como hoteles, campings o autocaravanas.
En lo referente a la frecuencia de estos viajes con compañía animal, la mayoría viaja entre 3 y 6 veces al año con su perro (45%), seguidos de aquellos que viajan máximo una o dos veces al año (35%) y siendo minoría los que pueden viajar más de seis veces con sus mascotas por año (20%).