Queda muy poco para la celebración del día de los enamorados o Día de San Valentín. Esta festividad del amor tiene origen cristiano y la situamos en nuestro calendario cada día 14 de febrero. En realidad, lo que se conmemora en esta fecha son las buenas obras realizadas por San Valentín de Roma, envueltas en conceptos tan bellos y necesarios como el amor universal y la afectividad. Más allá de este origen religioso, San Valentín se ha convertido en una celebración rodeada de consumismo, publicidad y mensajes que apelan en demasiadas ocasiones a la idea de 'amor romántico'. Por eso, atender al origen del Día de San Valentín puede ayudarnos a recuperar el espíritu de lo que verdaderamente se conmemora en esta jornada.
La festividad de San Valentín la originó la Iglesia católica y sirvió para contrarrestar el peso de las celebraciones paganas que ya existían en el Imperio Romano. En concreto, las llamadas fiestas lupercales. Algunas de esta celebraciones trataron de erradicarse por su brutalidad. Por ejemplo, en Roma se celebraba esta festividad, dedicada a la fertilidad, golpeando a las mujeres con látigos de piel de cabra y de perro, impregnadas en la sangre de estos animales, esperando así mejorar su capacidad para engendrar.
Como respuesta, San Valentín fue una de las festividades elegidas para representar al cristianismo, y fue una de las primeras en extenderse por todo el mundo cristiano, simbolizando la expansión de esta forma de pensamiento religioso. Poco a poco, el significado de esta festividad ha ido mutando y se podría decir que desde el siglo XX ha estado asociada, desde lo religioso, a la celebración de la vida y acciones de San Valentín y, desde lo pagano, a la celebración del amor.
En cuanto a la vida y obra de San Valentín, se dice que casaba a soldados con sus prometidas en las mazmorras de las cárceles del imperio en los tiempos en que el cristianismo estaba prohibido en el Imperio Romano (en concreto, en tiempos de Claudio II). Al descubrirse este quebrantamiento de la ley, fue capturado y llevado ante el emperador para que explicara sus acciones. Se dice que Claudio solo quería reprenderle y desterrarle, pero otros altos funcionarios tenían otros planes y presionaron para que se ordenara su decapitación.
También se dice que, mientras San Valentín estuvo en prisión esperando su ejecución, tuvo ocasión de conocer a la hija del juez de la prisión, que era ciega. San Valentín oró entonces pidiéndole a Dios devolverle la vista a la joven y, durante su traslado a la plaza pública para su ejecución, le entregó un papelito a la joven para que lo leyera. Al abrir el papel, la hija del juez fue capaz de leerlo, y en él aparecía la frase 'Tu Valentín', al parecer, a modo de despedida. Se dice también que Valentín se había enamorado de ella. De ahí que la asociación de este santo con el amor se volviera más robusta.
La imagen de Valentín era perfecta para crear una festividad aglutinadora, que hablara de los valores del cristianismo y que fuera fácilmente asumible por los pueblos paganos del Imperio Romano. Por eso la Iglesia católica escogió la vida de Valentín para representar algo tan universal como el amor entre humanos, con fecha el 14 de febrero del nuevo calendario gregoriano. Además, esta fiesta se asimiló poco a poco al día de la fertilidad.
La historia nos dice que el primer día de San Valentín se celebró el 14 de febrero de 494, y fue la fiesta oficial en la Iglesia católica hasta que el papa Pablo IV dejó de celebrarla. Por último, en 1969, durante el Concilio Vaticano II, se eliminó la fiesta del calendario litúrgico.
Es interesante analizar cómo ha cambiado la idea de esta celebración a lo largo del tiempo, de la mano del concepto de amor más popular en cada momento histórico. Si San Valentín celebra el amor y el cariño con independencia de la religión que se profese, el concepto de amor ha pasado por diferentes corsés a lo largo de la historia. Así, en la Edad Media, la festividad estuvo impregnada de la idea de 'amor cortés' (asociado a una forma de expresar el amor de forma noble, sincera y caballeresca, impregnada en poesía y envuelta en el ideario relacionado con el dios romano Cupido; el flechazo, lo inevitable o predestinado).
Posteriormente, el concepto de amistad como forma de amor se introdujo bajo el paraguas de esta festividad. Había que esperar a tiempos de la revolución industrial, a mediados del siglo XX, para la llegada de la mercantilización de esta festividad que, a día de hoy, se asocia en muchas ocasiones a la idea de 'amor romántico' (exclusivo, para toda la vida, incondicional...), un relato alimentado por relatos literarios, cine, canciones... Nuevos idearios en lo amoroso hacen que San Valentín siga mutando a día de hoy, abrazando nuevos conceptos.