A botellazo limpio es como recibieron unos jóvenes a la Policía este pasado fin de semana en Poblenou, un barrio de Barcelona. "Esto es zona de guerra, viene la Guardia Urbana, les dicen que no se puede tener música aquí, no se puede beber en la calle. Se levantan la chaqueta, les enseñan el machete y se tienen que ir", explica uno de los vecinos.
Así llevan desde el verano, cuando acabó el toque de queda en Cataluña, con botellones diarios ilegales. "Un botellón a 20 metros de la Urbana (Guardia) y no pueden hacer nada porque tienen miedo. Son dos coches para toda la cantidad de gente", añade.
Hay peleas, suciedad, con numerosos jóvenes orinando en cualquier lugar, y mucha inseguridad. "Mira, aquí, los ladrones ya la están liando, se han puesto a pegarle a un chaval", narra otro de los habitantes de la zona. Los vecinos confiaban en que la reapertura del ocio nocturno este fin de semana aliviara la situación en la calle, pero no ha sido ni mucho menos así.
"Parece que la fiesta esté fuera, no está dentro del bar", denuncia una vecina, mientras que otra lamenta que "muchos se marchan y yo creo que se marchan por esto, por cómo se ha quedado el barrio". Los vecinos exigen al Ayuntamiento de la capital catalana que actúe y suplican que les ayuden puesto que "no se puede dormir".
Otro de los habitantes de la zona apunta que "he empezado a tener ataques de ansiedad". Y es, desesperados, tan sólo quieren poner fin a una situación que amenaza ya su salud mental.