Ha acabado la evacuación para unos 800 vecinos de Las Manchas, Las Norias y otros cinco barrios al sur de la colada del nuevo volcán de La Palma, y ahora se enfrentan a un paisaje cubierto de ceniza,paisaje cubierto de ceniza, contra la que tienen que luchar cuatro meses después de abandonar la zona.
Este martes, primer día en el que se pueden volver a acceder a Las Manchas libremente, muchos vecinos han acudido a sus hogares para conocer el estado de sus casas en estos barrios que han sido los más castigados por la caída de ceniza durante la erupción volcánica.
Pocos se atreven a hablar de la vuelta definitiva a sus viviendas, ya que a las grandes cantidades de material acumulado en la calzada, parques y exteriores de las estructuras, se suma la falta de suministro de agua, que estará restablecido a finales de mes, según declaraciones del presidente del Cabildo de La Palma, Mariano Hernández Zapata
José Miguel es uno de los vecinos de Las Manchas que ha vuelto en este día, y ha contado, en declaraciones a EFE, que siente “seguridad y comodidad" ahora que puede acceder a su propiedad de forma libre.
“Tengo que agradecer la colaboración de las administraciones, que nos han facilitado agua para realizar labores de limpieza a través de los bomberos que me la están trayendo” explica José Miguel. “También me han ayudado a retirar cenizas, sin ellos el tejado de mi casa no hubiera aguantado”.
Otro vecino, José Tomás, que está pala en mano en el momento de hablar con EFE, explica que los trabajos de retirada de ceniza se alargarán por unos días, o semanas. “Se ve al ayuntamiento de El Paso trabajando en la limpieza de otras casas, esperemos que lleguen a la mía también. Lo pequeño lo vamos retirando nosotros, pero todo esto a mano, es imposible” ha declarado José Tomás.
Este vecino de Las Manchas no se plantea vivir en otra parte de la isla, y no le preocupa el riesgo volcánico del área en la que vive. “De pequeño vivía también en Las Manchas y sé que todo esto es volcánico y en esta zona de la isla es normal”.
En los alrededores de su vivienda, la viña, un cultivo muy extendido en la zona suroeste de La Palma, empieza a soltar brotes verdes. José Tomás se consuela en el uso de la ceniza como retenedor de humedad, y espera “sacar algo positivo de todo esto”.
A lo largo de la carretera de San Nicolás, vía principal de Las Manchas, hay numerosos operarios municipales y miembros de la Brigada Forestal (BRIF) cargando camiones con ceniza y manejando maquinaria pesada.
Dos trabajadores del Ayuntamiento de El Paso explican su trabajo de cada día: “Cargamos ceniza, o arena que es lo que parece, todo el día sin parar. Entre mi compañero y yo podemos cargar unos 30 camiones al día”.
Entre los vecinos se percibe la preocupación ante el entorno en el que se encuentran. Algunos se han encontrado su casa “hecha un desastre, al menos en el exterior porque no hemos podido entrar porque las cenizas no nos dejan llegar a casa.”
Otra de las principales preocupaciones en esta zona recién realojada es el trabajo “que parece interminable” de retirada de arena y ceniza. “Lo que quité hace una semana el viento y la lluvia lo vuelven a traer. Tardaremos semanas en sacar todo esto.” comentan los afectados.
La vuelta de estos vecinos a sus casas se prevé larga, y, junto a ello, tardará en volver la vida y la actividad a los comercios del barrio. Las cubiertas de algunas terrazas de comercios han sucumbido a las cenizas y sin agua la apertura de bares se complica aún más.
Para dar ánimos a los vecinos y a quienes trabajan para recuperar la normalidad, en el local de la asociación de vecinos de Las Manchas, voluntarios de Cruz Roja han creado el “Guachinche El Palomar” un punto de avituallamiento en el que ofrecen café, refrescos, bocadillos y hasta kits de limpieza compuesto por una pala, un escobillón y un cubo.
Lo importante es ayudar con lo que podemos, dicen los voluntarios. La carretera de San Nicolás está este martes más transitada que durante los últimos meses, ya que a los camiones que salen cargados de material expulsado por el volcán se suman los equipos de limpieza y vecinos dispuestos a continuar la lucha contra las cenizas.