Algunos de los vecinos cercanos al edificio de la calle Toledo que voló por los aires esta semana en Madrid ya pueden quedarse en sus viviendas. Otros han accedido por primera vez a sus casas para recoger objetos personales y algo de ropa porque aún no es seguro regresar y han de seguir viviendo fuera. La vuelta definitiva dependerá de una inspección técnica.
Así, la treintena de vecinos que duermen en el hotel desde el miércoles por el estado de sus inmuebles tras la onda expansiva, han logrado por fin, acompañados de bomberos, entrar a sus viviendas, algunas muy afectadas por el destrozo.
El edificio de la calle Toledo 98 será demolido, pero poco a poco; tardarán hasta dos semanas. De momento, los robots han derruido este sábado el casetón superior del inmueble, que tenía un mayor riesgo de caída hacia patio del colegio La Salle y la calle.
Así lo ha indicado en Twitter el concejal delegado de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid, Mariano Fuentes, que ha indicado que se ha picado y tocado en la zona exacta del torreón para que cayera hacia el interior del edificio.
La explosión fue tan atronadora que aún retumba en todo el barrio. La Latina es el corazón de Madrid y muchos se han dejado el corazón para ayudarse entre ellos. La vicealcaldesa, Begoña Villacís, visitó a los vecinos afectados el viernes y dijo que estaban en "una situación angustiosa porque han perdido sus casas, tienen gran angustia e incertidumbre", por lo que se puso a su disposición para que cuenten con toda la información. Y mientras no regresaron a sus casas podrán seguir alojados gratuitos en el hotel proporcionado por el Ayuntamiento.
"Algunos de estos vecinos están inquietos y pidiendo asistencia psicológica. Nos han enseñado fotos y por parte del Ayuntamiento se les va a llamar a cada uno de ellos y suministrando información dos veces al día", avanzó Villacís.