El ministro de Universidades, Manuel Castells, ha considerado este jueves que el sistema universitario ha respondido "muy bien" a la necesidad de transformar sus clases presenciales en clases "online" derivada de la pandemia de coronavirus.
La enseñanza universitaria intentan mantenerse igual que era antes de la pandemia. El profesor pasa lista profesora los alumnos que responden a otro lado del ordenador. También por este método se envían materiales de estudio. Además, algunos exámenes se realizan con el micrófono y la webcam del equipo encendidos, y también hay un tiempo reducido para responder, para evitar así que el alumno copie.
"La experiencia ha sido positiva y cara al futuro se integrará en la enseñanza, pero lo presencial es absolutamente prioritario y se mantendrá", ha dicho Castells en una entrevista en la televisión pública vasca ETB.
También se ha referido a las becas, que a partir del próximo curso "pasarán a ser un derecho subjetivo por necesidades económicas" y ha reiterado que se intentará incrementar su cuantía y "ampliarlas a nivel de la pobreza".
En otro orden de cosas Castells también habló del poso que dejará esta pandemia en la población y ha destacado que tras esta crisis, cuando el ciudadano vote en unas elecciones deberá elegir entre una opción política de "sanidad pública reforzada o privatizada, y entre unas residencias para mayores gestionadas públicamente o privatizadas, como el modelo que hemos visto en Madrid y que ha destruido las posibilidades de supervivencia de miles de conciudadanos".
Otra reflexión del ministro ha apuntado a que cuando se producen crisis sociales y económicas en Europa "surgen de las tinieblas fuerzas de destrucción basadas en la demagogia y la desinformación con el objetivo de desestabilizar las instituciones democráticas y todo lo que hemos construido" y ha alertado, en concreto, sobre las fuerzas de extrema derecha que crecen en países de la UE.
Ha citado en el contexto español a Vox y ha instado a "no subestimar estos fenómenos que contaminan de odio a la sociedad; que son xenófobos y anti-mujeres, que no antifeministas", y ha advertido que "podemos llegar a una situación de la que nos arrepentiremos".