Preocupación entre los grupos ecologistas por el aumento de restos de mascarillas y guantes en los mares y océanos. Los responsables de estas organizaciones aseguran que debido a la pandemia del nuevo coronavirus debemos de usar material desechable para protegernos que acaba siendo vertido a las cuencas marinas.
El mal reciclaje de estos materiales una vez dejamos de utilizarlos puede afectar bastante al medio ambiente y eso es justo lo que denuncia la organización sin ánimo de lucro francesa Opération Mer Propre (Operación mar limpio, en español).
Con varias fotografías y vídeos publicadas en su cuenta de la red social Facebook, la ONG muestra cómo ya van apareciendo tanto mascarillas como guantes en el fondo del mar Mediterráneo, concretamente en la Costa Azul.
El fundador de la ONG, Laurent Lombard, ha publicado un vídeo en el que muestra cómo va nadando por el fondo del mar y van apareciendo latas, botellas de cerveza, pero también guantes de látex y mascarillas.
"¿Qué opinas sobre nadar con la COVID-19 este verano?", señala Lombard en la publicación. "Sabiendo que se han pedido más de 2.000 millones de máscaras desechables, ¡pronto habrá más mascarillas que medusas en el Mediterráneo!", ha añadido.
Su denuncia coincide con la de WWF que ha lanzado la campaña “Recoge el guante” en la que pide “civismo y colaboración” ciudadana frente a este grave problema ambiental.
Con dicha iniciativa, la organización apela a la responsabilidad para depositar los guantes y mascarillas en los contenedores de restos para proteger la salud y evitar que se contaminen aún más los ríos y mares del planeta; además pide un plan urgente de gestión de los residuos de protección de la COVID-19.
En pocos días se han generalizado imágenes de mascarillas y guantes arrojados “incívicamente” en cualquier lugar, pudiendo contaminar a las personas, y asimismo llegar al mar a través del alcantarillado y arroyos, como ya se ha comprobado en el Mediterráneo y en otros mares del mundo, recuerda la ONG en un comunicado.
Dado que una mascarilla quirúrgica, de 4 gramos de peso de media, puede tardar hasta 400 años en desintegrarse, según WWF, el escenario es “muy preocupante”, especialmente ahora que se acerca el verano y la llegada de turismo en plena desescalada.
WWF teme que a medida que avance la desescalada en el mundo, la contaminación ensucie más las playas provocando la muerte de tortugas y otra fauna marina que confunde los guantes con medusas y otros alimentos.
Actualmente, se calcula que 100.000 animales marinos mueren atrapados, asfixiados o envenenados por los plásticos cada año, según la organización.
Esta “nueva ola de plásticos sanitarios” empeorará la situación porque terminarán convirtiéndose en microplásticos que pueden llegar al organismo humano, advierte.
Distintos informes de WWF muestran cómo cada año se vierten a la naturaleza 100 millones de toneladas de residuos plásticos de los que la décima acaba en el mar, una cifra que aumentará en caso de no gestionarse correctamente los residuos sanitarios con la crisis de la COVID-19.
La organización advierte de que la contaminación por plásticos puede llegar a una situación “crítica” si no se toman medidas decididas.
Por ello, reclama que no se retroceda “ni un paso” con los compromisos adoptados para eliminar los plásticos de un solo en 2021 y da la bienvenida a la Estrategia de Economía Circular y el anteproyecto de Ley de Residuos aprobado el pasado martes 2 de junio por el Consejo de Ministros.