La tristeza y la infelicidad invade a más del 20% de los niños españoles
El 21,1% de los menores españoles asegura estar preocupado, triste o infeliz
Según el ‘Estudio PASOS’ elaborado por la Fundación Pau Gasol
El ‘Estudio PASOS’ elaborado por la Fundación Pau Gasol, con la colaboración de la Fundación Probitas. Ha explicado que más del 20% de los menores españoles, con edades comprendidas entre los 8 y 16 años, ha afirmado encontrarse preocupado, triste e incluso infeliz con su vida. El estudio PASOS 2019 supone una evidencia científica relevante en España, ya que actualiza el conocimiento sobre la epidemia de obesidad infantil.
Los resultados que se han analizado entre 3.887 alumnos matriculado en 247 centros educativos de Primaria y Secundaria, ha demostrado que este hecho afecta sobre todo a las chicas (25%) y a los adolescentes (25,7%).
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Los resultados se adelantaron por el presidente de la organización, el jugador de baloncesto, Pau Gasol, quien anunció en su momento que más del 35% de los niños analizados padecía sobrepeso u obesidad. Se confirma que en España estamos sufriendo una epidemia de obesidad infantil que está afectando de forma relevante al desarrollo de los niños/as y adolescentes. Un 14,2% de la población infanto-juvenil padece esta problemática medida según el IMC y un 24,5% presenta obesidad abdominal.
Precisamente es este hecho lo que provoca que los niños no sean felices, el investigador principal del estudio, Santi Gómez, ha explicado que, “el bienestar emocional puede actuar tanto como factor causal de la obesidad y sobrepeso infantil, pero también es una consecuencia clarísima del incremento de peso, ya que la autoestima entre los niños con un mayor peso es menor y el nivel de ansiedad es mayor, en relación con aquellos que no tienen un exceso de kilos”.
Y es que, la prevalencia de exceso de peso es de un 32,7% entre los menores que asisten a un centro educativo ubicado en una zona con un porcentaje de pobreza relativa inferior al 10%. Asimismo, para el rango de pobreza de entre el 10 y el 14,99% la prevalencia de sobrepeso es del 32,1% y, a partir de esta cifra, el incremento es considerable a mayor porcentaje de escasos recursos, alcanzando el valor máximo (39,5%) para los viven en las zonas de pobreza relativa de entre el 39 y el 39,9%.
Los problemas de las dietas
La alimentación es otro de los elementos analizados en el estudio, sólo un 40% de la población infanto-juvenil alcanza un nivel alto de adherencia a la dieta mediterránea. En este punto, el porcentaje de adolescentes (35,9%) que alcanza un nivel alto de consumo de este patrón alimentario es menor que el de los niños (45,79%), siendo en ambas poblaciones un porcentaje "excesivamente bajo".
Por este motivo, los expertos han advertido de los malos hábitos saludables como desayunar bollería (31,7%), los restaurantes de comida rápida (23,1%), o el consumo de chuches y patatas fritas (22%). Por el contrario, sólo un 15,9% de la población analizada declara consumir, al menos, cuatro raciones de fruta y/o verdura al día.
Algunos otros datos como las horas de sueño de estos jóvenes españoles también son motivo de preocupación de los investigadores. Además, el alto consumo de sedentarismo tampoco contribuye a la población escolar. Y es que, el 63,3% no alcanza los 60 minutos al de actividad física moderada o vigorosa recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Todos estos resultados constatan la realidad que vemos en el día a día. Ahora hay que seguir profundizando en estudios más específicos para ver qué factores son los que los propician", ha dicho la directora de la Fundación Probitas, Marta Segú.
Finalmente, la directora ejecutiva de la Fundación Pau Gasol, Cristina Ribes, ha señalado varias pautas: poner en marcha intervenciones comunitarias para enfrentarse a esta "epidemia tan compleja"; aumentar las horas de actividad física tanto dentro como fuera de los centros educativos; elaborar un plan nacional contra la obesidad infantil con una asignación presupuestaria suficiente; asegurar políticas de reducción de la pobreza infantil incorporando acciones de promoción de estilos de vida saludable; hasta por asegurar entornos que favorezcan la adherencia terapéutica; garantizar los derechos de la infancia; aumentar la investigación sobre obesidad y salud en los niños; y reforzar la formación de los médicos, profesores o entrenadores, entre otros.