La tragedia del Madrid Arena cumple su noveno aniversario con su principal responsable libre y sin que el tiempo haya curado el dolor por la muerte de cinco jóvenes como consecuencia de una avalancha en el interior del local, propiedad del Ayuntamiento de Madrid, durante la celebración de una fiesta de Halloween.
Las fallecidas: Rocío Oña, Cristina Arce y Katia Esteban, todas de 18 años murieron en el Madrid Arena, que se convirtió la madrugada del 1 de noviembre de 2012 en una trampa mortal para los asistentes con un aforo que duplicaba el permitido. Semanas más tarde, fallecieron en el hospital Belén Langdon de 17 años y María Teresa Alonso de 20 años.
La madre de Cristina Arce, Isabel de la Fuente, concedió una entrevista recientemente en la que cargaba contra los responsables de lo sucedido. "Ojalá se pudran en el infierno", escribió en sus redes sociales.
En el caso se depuraron responsabilidades en el ámbito jurídico y político. Del Ayuntamiento de Madrid, dirigido entonces por Ana Botella, del PP, dimitieron cuatro cargos, entre ellos el concejal de Seguridad Pedro Calvo y el entonces vicealcalde de Madrid Miguel Ángel Villanueva por su vinculación a Miguel Ángel Flores, el promotor del evento mortal.
La avalancha se produjo sobre las 4.00 horas del jueves 1 de noviembre de 2012 durante la celebración del evento de música electrónica Thriller Music Park. La entonces alcaldesa de Madrid Ana Botella recibió multitud de críticas al marcharse los días posteriores a un spa a Portugal en medio de la crisis que generó lo sucedido aquella fatal noche.
En el juicio quedaron patentes las negligencias que hubo por parte del equipo sanitario responsable del evento, organizado por el empresario y principal condenado Miguel Ángel Flores, y por parte de la empresa encargada de la seguridad, Seguriber.
En marzo de 2018, el Tribunal Supremo confirmó la condena a cuatro años de prisión a Miguel Ángel Flores, quien se encuentra en libertad total desde octubre de 2020. Se le penó como autor responsable de cinco delitos de homicidio y catorce de lesiones por imprudencia grave.
El Alto Tribunal acordó anular la absolución del médico Simón Viñals, encargado de dirigir los servicios sanitarios en el Madrid Arena cuando ocurrieron los hechos. Fue condenado a un año de prisión por un delito de imprudencia grave al no atender a una de las víctimas, pero no cumplió prisión al quedar suspendida la pena.
Además, el Supremo ratificó las penas a tres años de cárcel impuestas a Francisco del Amo, responsable de Madrid Espacios y Congresos S.A., y a Santiago Rojo, director general de Diviertt. Y a dos años y seis meses de prisión a Miguel Ángel Morcillo, jefe de personal de Diviertt, y a Carlos Manzanares, socio de Kontrol 34.