El Día de Todos Los Santos y el Día de los Difuntos son dos jornadas asociadas a la cultura católica con gran peso en España y también, por extensión, en Latinoamérica. Eso sí, las tradiciones y costumbres que se desarrollan durante estas jornadas al otro lado del charco varían bastante con respecto a las que se estilan en nuestro país, mostrándonos una enorme riqueza cultural y una forma más espiritual y ecléctica de aproximarse a un tema tan misterioso como es la muerte. ¿Cuáles son las tradiciones de Latinoamérica en el Día de Todos los Santos
El llamado Día de los Muertos, Día de Todos los Santos o Día de lo Difuntos se ha convertido a lo largo de la historia en un evento central en distintos países de Latinoamérica y el Caribe. Se celebra el 1 de noviembre y envuelve toda clase de rituales y ceremonias ancestrales que ya existían en las comunidades indígenas en relación con la muerte y con la espiritualidad. La invasión de los españoles a Latinoamérica llevó a una mezcla de estos rituales con los procedentes del cristianismo, dando como resultado una aproximación más ecléctica al tema de la muerte y la relación con los difuntos.
Así, en Latinoamérica, la muerte se convierte en motivo de celebración: durante esta jornada se recuerda a los seres queridos que abandonaron el mundo terrenal y, además, para algunas culturas se trata también de un día en el que es posible conectar espiritualmente con nuestros antepasados y seres queridos fallecidos. Por eso se aprovecha para ofrecerles regalos y flores, convirtiendo este día en toda una celebración del paso al más allá y en un puente entre dos mundos.
En el caso de México, donde la tradición de este día es especialmente fuerte, es habitual colocar altares en las viviendas con fotos de antepasados y ofrendas de todo tipo: comida y objetos favoritos, velas, flores... También se acude a los cementerios y se adornan las tumbas con todo tipo de ofrendas, llenándolas de vida y de color. Es muy frecuente la presencia de papeles de colores y de 'cempasúchil' o flor de los 20 pétalos, usada por la cultura azteca para honrar a los muertos. Las calaveras también forman parte de este ritual, y es habitual quedarse en el cementerio incluso hasta el día siguiente para poder aprovechar la cercanía espiritual con los muertos.
Algo similar ocurre en Perú, donde, además de comidas, ofrendas, flores... se obsequia con música a los difuntos. En Ecuador existe, además, una receta típica que se comparte en comunidad: la 'colada morada', una bebida que consiste en una mezcla de maíz morado, piña, cáscara de piña, naranja, clavo de olor y canela. También es tradicional comer 'guaguas' de pan, un pan tradicional con forma de bebé.
Por último, en Bolivia también se construyen altares familiares y, en las zonas andinas, éstos incluyen carne de auquénidos, hojas de coca y chicha o bebida de maíz fermentada. Otra tradición que encontramos en este país es la festividad de las Ñatitas, un rito tradicional de los Andes que consiste en venerar uno o varios cráneos en agradecimiento a los difuntos por los favores y cuidados que las personas reciben de estos. Las ñañitas se adornan y se llevan a una misa en la que son bendecidas, algo que ocurre el 8 de noviembre.
Así, esta festividad se celebra principalmente en México, de donde es originaria. En países latinoamericanos como Bolivia, Perú, Ecuador, Guatemala y, en menor grado, en países de América Central y en la región andina en América del Sur, desde el noroeste de Argentina hasta los Estados Unidos, también se llevan a cabo rituales relacionados con esta festividad.