La tradición de bordar tul de seda natural que mantiene viva una vecina de Granada
Inmaculada Carretero es una de las pocas artesanas de toda Andalucía que continúa con este trabajo
A lo largo de su vida ha bordado a mano cientos de mantillas de Semana Santa, velos de novia o pañuelos de primera comunión
Desde su taller en Otura ha confeccionado en tul de seda desde las mangas para la fallera mayor de Valencia hasta un mantel para Manolo Escobar, entre otros
La profesión le viene de la tradición familiar. Nació viendo a su madre bordar, y ella siguió sus manos. Inmaculada Carretero es vecina de Otura, Granada, y es una de las pocas artesanas andaluzas que continúa bordando.
Mantiene viva la tradición centenaria de bordar tul de seda natural. A sus 49 años, ha continuado la tradición que inició su madre, Paquita Sánchez, hace más de medio siglo, cuando llegó a tener un taller con más de 20 bordadoras.
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Se recuerda de muy pequeña en la faena: “Me gané los calcetines de la comunión bordando”. A lo largo de su vida han pasado por sus manos cientos de mantillas de Semana Santa, velos de novia, pañuelos de primera comunión y hasta manteles.
“He estado a punto de colgar la aguja muchas veces en los últimos años, porque bordar es algo muy laborioso que me lleva muchísimo tiempo, pero me da mucha pena que esta tradición se pierda, y es lo que me anima a seguir con ella”, dice Inmaculada Carretero, que recibe encargos por teléfono desde toda España.
Su trabajo requiere mucho tiempo, unos tres o cuatro meses tarda en hacer un velo de novia por el que puede cobrar unos 1.500 euros. "De esto no se puede vivir", confiesa Inma. En algunos casos, ha cobrado hasta 3.000 pero porque por la petición de la clienta requería más tiempo de elaboración por un diseño muy personalizado.
Ha llegado a estar hasta un año entero bordando una sola mantilla a mano, y afirma que en la actualidad tiene problemas, incluso, para encontrar el hilo de seda con el que bordar sus finos tules, porque apenas se venden en España.
El secreto está en los bastidores
Utiliza para bordar y perfilar sus encargos los mismos bastidores que empleaba su madre hace décadas, de gran tamaño, además de los patrones de dibujos que heredó de ella. “Ese es uno de nuestros secretos, porque muy poca gente tiene bastidores tan grandes, de hasta incluso cinco metros, para poder bordar, por ejemplo, velos de novia”, explica la artesana.
Desde su taller ha confeccionado en tul de seda desde las mangas para la fallera mayor de Valencia hasta un mantel para el mismísimo Manolo Escobar, pasando por el velo de novia de la modelo Arancha del Sol o una mantilla para Carmen Lomana o Nicole Kimpel, la mujer de Antonio Banderas. “Mi madre siempre me dice que es una pena que hace años no existieran las redes sociales, porque en ellas hubiéramos podido compartir todos estos encargos que hemos recibido y de las que incluso las revistas del corazón se han hecho eco muchas veces”, apunta.
Ahora Inma Carretero sí que tiene una página de Facebook, ‘Bordados hechos a mano’, desde la que recibe encargos para toda España, para los que en ocasiones cuenta con la ayuda de otras dos mujeres de Otura que la ayudan a perfilar los trabajos. "El gran problema es que quien sabe hacer esto bien, son las personas mayores que lo hacían desde pequeñas, y ya quedan muy pocas", reconoce.