La Guardia Civil de Tenerife ha incorporado a su investigación los datos del informe de la agencia de detectives que contrató Tomás Gimeno para vigilar a su ex mujer Beatriz. Los hechos ocurrieron nueve meses antes de que este desapareciera con sus hijas Anna y Olivia. Y antes de que amenaza a Beatriz, su ex, de que nunca las volvería a ver. Tomás Gimeno contrató a una agencia de detectives entonces tal y como ha confirmado la propia agencia en un comunicado en que señala que prestó sus servicios al padre de las niñas en julio pasado, y se encuentra colaborando activamente con las autoridades que llevan el caso".
Debido a la polémica de los últimos días, donde se había publicado en diversos medios que no localizaban al detective que había contratado Gimeno, la agencia apunta que "debido a que el mismo está bajo secreto, únicamente podemos comunicar que Don Tomás solicitó un servicio personal legítimo, es decir, en el que existía un vínculo entre él y la parte investigada para poder llevar a cabo la investigación".
La detective, además, ha justificado que no haya avisado antes a la Guardia Civil sobre el encargo que le realizó Gimeno porque "no lo había reconocido en las fotos que salieron de él al principio", en referencia a las primeras imágenes que compartió la familia de la cara del padre de las niñas.
La intención de Tomás era conocer los movimientos de Beatriz a pesar de que en ese momento ya no machaban bien las cosas entre ellos y la separación era inminente.
El seguimiento que encargó Tomás se produjo poco más de un mes antes de que agrediera a la nueva pareja de Beatriz, un empresario belga de 60 años, en el aparcamiento de un restaurante en presencia de la mujer y de las niñas, que iban con él en el coche. Tomás no quería que "ese viejo fuera el que educara a sus hijas". Ese día, según testigos presenciales, Tomás presuntamente apaleó al hombre y arrastra por el suelo a Beatriz cuando esta intentaba detenerle.
Al parecer, Tomás les siguió con su vehículo y en aquel episodio también arrastró por el suelo a Beatriz cuando intentó que su ex marido dejara de apalear a su nueva pareja. Ni Beatriz ni su pareja decidieron denunciar porque Tomás era un buen padre. De hecho, Beatriz tiene claro desde un primer momento que es incapaz de hacer daño a las niñas y solo pide que las devuelva porque considera que su venganza es irse con ellas para que su madre no los vea. Tampoco le denunció cuando sufrió en diciembre graves insultos. No quería que le detuvieran y mantener una relación normal con él.
Ahora los agentes están centrados en el océano donde, según ha desvelado el programa de Ana Rosa, Tomás Gimeno fue multad la misma noche de la desaparición de las niñas por saltarse el toque de queda. Nadie revisó la embarcación. Cuando la madre denunció en la comandancia, en el puerto ya sabían que Tomás estaba en el agua. Y ahí, en el agua, es donde se centra la investigación que también se profundiza en Tenerife.
El día de la desaparición a las 19.30 Tomás se dirigió a su vivienda con sus hijas. Allí pasaron dos horas solos. Después, los registros que hay de Tomás son en solitario. A las 21.30 en el puerto llevando bultos, a las 23.30 regresando de alta mar para cargar su móvil y a las 00.00 adentrándose de nuevo en el océano. A la 01.30 habló con Beatriz, la tranquilizó -después de decirle en una conversación anterior que no volvería a ver a Anna y a Olivia- y ella no sospechó. Por la mañana, los amigos de Tomás la llamaron para decirle que habían recibido mensajes de despedida. Fue entonces cuando ella denunció.