Tomás Gimeno asfixió a su hija Olivia minutos después de que la niña le mandara un audio a su madre
Tomás Gimeno envió a Beatriz Zimmerman un audio de voz de Olivia poco antes de asfixiarla
La autopsia ha revelado que Olivia murió entre las 19.54 y las 21 horas del 27 de abril
Tomás Gimeno volvió al puerto deportivo Marina Tenerife tras arrojar a sus hijas ya muertas por la borda en el mar
Tomás Gimeno asfixió a su hija Olivia antes de deshacerse de su cuerpo y del de su otra hija, Anna, en el mar. Minutos antes de acabar con la vida de su hija, de seis años, en la finca familiar en la isla de Tenerife, envió a su expareja un mensaje de la pequeña. El relato de los hechos que recoge el auto judicial revela que lo tenía todo planeado.
El padre de Olivia y Anna, asfixió a la mayor de sus hijas entre las 19.54 y las 21.00 horas del 27 de abril. El cadáver de Olivia es el único encontrado en el fondo del mar, envuelto en una de las bolsas con las que se le vio embarcando en su lancha. Ni el cuerpo de la pequeña Anna, de poco más de un año, ni el de Gimeno han aparecido nunca.
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Según el auto, el día que Gimeno acabó con la vida de sus hijas, fue a recoger –ya llevando a Ana, a Olivia a la guardería. Él mantenía una relación sentimental con la directora, a la que le dio un estuche con cinta de embalar y le pidió que lo llamara a las 23 horas. Sin embargo, ella abrió el estuche y halló, según relata el diario El País, 6.200 euros y una carta de despedida.
Una tarde aparentemente rutinaria para Tomás Gimeno y sus hijas Anna y Olivia
El resto de la tarde fue normal en la rutina de Tomás y sus hijas. Tal vez la excepción está en que mientras Anna estaba con los abuelos y Olivia en clase de tenis, él fue a comprobar que el motor de su barco funcionaba.
A las 19.47, Tomás llegó con sus hijas a la finca familiar. Tres minutos después. Olivia le envía un audio a su madre diciéndole que su padre quiere que vaya a su casa a las 21 horas, coja unos cuadros y meta el coche dentro.
La autopsia ha revelado que Olivia murió entre las 19.54 y las 21.00 horas por asfixia mecánica. Así que se entiende que cuando Tomás Gimeno sale de la finca a las 21.05 ya lleva a las niñas muertas en el coche. Llega a casa de sus padres y a escondidas deja a su perro, tarjetas de crédito y los dos juegos de llave de su coche Alfa Romeo. Conduce un Audi.
La primera mentira a Beatriz Zimmermann
En ese momento, Beatriz llega a casa de él, coge los cuadros y le llama. En ese momento Gimeno miente a su exmujer. Le dice que van a cenar algo y luego le lleva las niñas. Después se va al puerto. Allí carga varios objetos, entre ellos las bolsas donde iban las niñas ya fallecidas y parte a las 21.40.
Beatriz Zimmermann lo llama, nerviosa, a las 21.51. Él le dice que ya estaba fuera de la isla con las niñas. En la siguiente llamada, ocho minutos después, le dijo que “no iba a ver más a las niñas ni a él”.
A las 22.30 y las 22.40 Zimmermann le volvió a llamar, ya desde el Puesto de la Guardia Civil en el que presentó la denuncia. En una de estas llamadas, Tomás Gimeno incluso llego a hablar con un agente, según informa El País.
Gimeno tira los cuerpos de sus hijas al mar “sobre una zona que conocía”. Iban en las bolsas lastradas por un ancla –hallado por el buque Ángeles Alvariño- con una cadena.
Tomás Gimeno vuelve al puerto a cargar el móvil
Pocos minutos después, el móvil de Gimeno se queda sin batería y regresa al puerto deportivo Marina Tenerife, de la capital tinerfeña. Se cruza con agentes de la Guardia Civil que le proponen para una sanción por saltarse el toque de queda. Él les dice que va a dormir en el barco y cuando los agentes se van, Gimeno le pide un cargador al guardia de seguridad del puerto pero no le sirve y tiene que ir a comprar uno a una gasolinera. Compra, además, agua y cigarrillos.
Casi a las doce de la noche volvió al puerto. Cargó su móvil en la cabina de seguridad, mientras esperaba en su barco. A las 00.27 zarpó.