Las ciudades chinas de Pekín y Qingdao no han sido las primera en realizar pruebas anales para detectar los contagios de covid-19. En Galicia, el Servizo Galego de Saúde, Sergas, ya aplicaba este método de detección de forma esporádica en aquellos pacientes que tenían muy comprometidas las vías respiratorias.
La noticia de la práctica en estas dos ciudades chinas ha suscitado polémica y expectación, pero los responsables gallegos aseguran que es un método usado como último recurso. Estos especialistas recuerdan que el virus entra en nuestro organismo principalmente a través de las vías respiratorias por lo que es lógico empezar a buscarlo a través de exploraciones en las fosas nasales y en la garganta.
Según recoge La Voz de Galicia, los médicos recurren a esta práctica en enfermos con graves problemas respiratorios y que permanecen intubados en las UCI pero a los que hay que realizarle una prueba PCR. También se ha usado en enfermos con problemas mentales a los que era muy complicado someter para obtener muestras nasofaríngeas.
Según el diario estatal Global Times, tanto la capital del país como la de la provincia oriental de Shandong están exigiendo este nuevo método de prueba como parte de los requisitos de cuarentena a la llegada al país desde el exterior.
Estos test, según expertos citados por los medios locales, serían más precisos que otros usados comúnmente hasta el momento como la toma de muestras faríngeas con hisopos introducidos a través de la nariz -la más común para las pruebas PCR-, de saliva o de sangre.
Las pruebas anales ya habían sido empleadas en Shanghái (este) a principios de 2020 como uno de los estándares para autorizar las altas a pacientes de covid hospitalizados, aunque tras un tiempo las dejó de lado.
En las últimas semanas, ante los peores rebrotes desde mediados del año pasado, algunas ciudades han rescatado ese método para comprobar casos sospechosos y para contactos cercanos de infectados o, como en el caso de Yangzhou (este), para los controles rutinarios a trabajadores de cadenas de frío, sector que Pekín tiene en el punto de mira como uno de los posibles responsables de la última ola de contagios.
Una persona a la que hicieron un test anal lo describió como "extraño" en declaraciones al diario local Beijing News: "Te quitas los pantalones, te recuestas sobre la cama y sientes cómo te introducen los hisopos de algodón en el ano dos veces y los giran. Lleva como 10 segundos en cada ocasión".
En las redes sociales chinas algunos usuarios están criticando la medida y se preguntan si realmente es necesaria teniendo en cuenta que los métodos más comunes han demostrado ser efectivos.
Citado por Global Times, el director del Centro Clínico de Salud Pública de la Universidad de Fudan (Shanghái), Lu Hongzhou, aseguró que las pruebas anales son "más estables y precisas" que las de nariz y garganta, en las que es más probable tomar muestras inutilizables o dar resultados erróneos.
Según los científicos chinos, el coronavirus desaparece más rápidamente en ese tipo de muestras que en las anales, lo que supondría que estas últimas serían más adecuadas para portadores asintomáticos o para aquellos cuyos síntomas respiratorios hayan remitido.
Sin embargo, Lu aclaró que los 'test' anales no son aplicables para las pruebas masivas que se desarrollan en las ciudades chinas en cuanto se detectan algunos casos.