Un hombre, identificado como Adrian Farrington, de 38 años, ciudadano de la isla Gran Ábaco, al norte de las Bahamas, ha visto cómo su hijo de 5 años ha desaparecido arrastrado por las fuertes lluvias desatadas por el huracán Dorian, que dejan aguas infestadas de tiburones, según recoge La República.
El hombre comentó al diario The Nassau Guardian que trató de salvar a su pequeño pero una fuerte ráfaga lo separó de sus brazos. “No encontré nada cuando me sumergí. Recuerdo que me llamó y no le pude ver. Había tiburones nadando alrededor”, comenta su padre.
El huracán Dorian, uno de los más devastadores de la historia, ya ha dejado a su paso 30 muertos y miles de desaparecidos. La ONU ha señalado que más de 70.000 personas de esta población afectada necesitan asistencia después de que la tormenta haya reducido a escombros numerosas viviendas.
Farrington sobrevivió al paso del huracán pero comenta que pudo ver cómo murieron otras 15 personas en un período de una hora. El hombre, que está devastado tras la desaparición de su hijo, se recupera de la fractura de sus dos piernas y un corte en la mano.
“Ábaco está acabada. Está todo absolutamente destruido. No creo que nadie vaya a invertir aquí. Nada es imposible, pero la recuperación tomará mucho tiempo”, comenta Haida Guillaume, otra residente de la isla que ha sido devastada por el terrible fenómeno meteorológico.
Dorian se ha debilitado a una tormenta de categoría 1 al acercarse a la costa de Carolian del Norte, EEUU, según apuntan los servicios meteorológicos estadounidenses. “Se espera un debilitamiento lento aunque debería seguir siendo poderoso a medida que su centro se desplace cerca o a lo largo de la costa de la zona por la que se desarrolla”, señala el Centro Nacional de Huracanes, NHC.